Llueve. No recuerdo la última vez que me quedé un domingo en casa, escuchando la lluvia y tranquila; sobre todo tranquila, sólo el silencio, la lluvia y yo. Después de tantos días de ajetreo, compromisos, tareas y visitas, al fin puedo disfrutar de un domingo, de mi tiempo, sin prisas, sin llamadas telefónicas, sin pensar en que debo hacer esto y aquello. Y en esas cosas se fue este último mes y medio, por ello no he podido escribir en el blog; ya ni siquiera entraba a verlo porque sentía que me reprochaba su abandono. Pero aquí estoy, intentando volver por nueva vez. A ver si esta semana puedo contarles un poco de mis días.
Comienzo por contarles que ayer comencé el taller de fotografía digital. Desde el semestre pasado estaba esperando conocer y tomar clases con Joseph O. Holmes, cuyas fotos vengo siguiendo desde entonces. Sus fotos nos presenta una parte distinta y a la vez muy común de Nueva York; él no se limita a las imágenes que todos conocemos, como Central Park, los rascacielos, la 5ta Avenida, etc., sino aquella parte de la cuidad que muchas veces es olvidada y percibida sólo por quienes la transitan a diario en los trenes camino a casa o al trabajo. Muchas de sus fotografías son tomadas en el condado de Brooklyn y son fotos con las cuales cualquier neoyorquino puede sentirse identificado. A mi me encantan por su calidez y por los retratos de desconocidos cuyas facciones y gestos son indicio de alguna historia, un pasado que sólo conocen sus sujetos pero que bien uno puede imaginar.
Volviendo a la clase, el profesor nos llevó a una parte de Brooklyn que yo desconocía. Tomamos fotos en las estaciones de 4th Avenue y Smith/9th Streets. Durante dos horas tomamos fotos y en el proceso aprendimos sobre términos técnicos como apertura, sensibilidad y profundidad de campo, los cuales por más que leía, no había podido entender hasta ayer. Aquí les dejo con algunas fotos que tomé. Esta semana, espero, me pondré al día con todo.
Comienzo por contarles que ayer comencé el taller de fotografía digital. Desde el semestre pasado estaba esperando conocer y tomar clases con Joseph O. Holmes, cuyas fotos vengo siguiendo desde entonces. Sus fotos nos presenta una parte distinta y a la vez muy común de Nueva York; él no se limita a las imágenes que todos conocemos, como Central Park, los rascacielos, la 5ta Avenida, etc., sino aquella parte de la cuidad que muchas veces es olvidada y percibida sólo por quienes la transitan a diario en los trenes camino a casa o al trabajo. Muchas de sus fotografías son tomadas en el condado de Brooklyn y son fotos con las cuales cualquier neoyorquino puede sentirse identificado. A mi me encantan por su calidez y por los retratos de desconocidos cuyas facciones y gestos son indicio de alguna historia, un pasado que sólo conocen sus sujetos pero que bien uno puede imaginar.
Volviendo a la clase, el profesor nos llevó a una parte de Brooklyn que yo desconocía. Tomamos fotos en las estaciones de 4th Avenue y Smith/9th Streets. Durante dos horas tomamos fotos y en el proceso aprendimos sobre términos técnicos como apertura, sensibilidad y profundidad de campo, los cuales por más que leía, no había podido entender hasta ayer. Aquí les dejo con algunas fotos que tomé. Esta semana, espero, me pondré al día con todo.