miércoles, 29 de octubre de 2008

Teatro Vivo

A theatre festival, consisting of five readings of plays in Spanish written by award-winning women writers, and staged by emergent Latino directors. Both writers and directors currently live in New York City. The authors and the directors will be available for a dialogue with the public after each reading: they will explore the need of a text (the human voice contained in it) that resists vanishing in contemporary theater and talk about the relation of power within women, a subject present in most pieces.

Primer encuentro Teatro Vivo de lecturas dramatizadas. El evento se llevará a cabo en el Centro KJC de NYU desde el domingo 2 al viernes 7 de noviembre (habrá "intermedio" el martes 4 por las elecciones). El evento reune a escritoras, directores y actores de la comunidad hispanohablante de la ciudad.


OBRAS Y FECHAS

"Un lugar donde caerse muerta" de Lina Meruane (Chile)
Dirigido por Martin Balmaceda. (Chile)
domingo 2 de noviembre, 6:00pm

"Fuga mundi" de Maria del Mar Gómez (España)
Dirigido por Jorge Merced (Puerto Rico)
lunes 3 de noviembre, 7:00pm

"La Jaula bajo el trapo" de Maria Negroni (Argentina)
Dirigido por Maria Litvan. (España)
miércoles 5 de noviembre, 7:00pm

"Tres asedios al Guatón Loyola" de Diamela Eltit (Chile)
Dirigido por Diana Chery (Colombia)
jueves 6 de noviembre, 7:00pm

"Mi Versión de los Hechos" de Carmen Boullosa (México)
Dirigido por German Baruffi (Argentina).
viernes 7 de noviembre, 7:00pm

http://www.nyu.edu/kjc/invitations/teatrovivo.html

viernes, 24 de octubre de 2008

Desde la Prince

Camino sin saber en búsqueda de qué. En las manos la Nikon y un lente que me permite no tener que acercarme demasiado. Distancia. ¿Será que le temo a las preguntas, a las miradas molestas? No me agrada entrometerme sin pasar desapercibida. Por ello me detengo, observo, trato de grabar en mi memoria algunos ojos o acción mientras dejo para la cámara los edificios, las ventanas por las cuales imagino historias, colores y sombras que provoquen un pensamiento, alguna inquietud. Me fijo en las pequeñas cosas, aquellas que en general pasan inadvertidas, la pintura descascarada de las paredes, el óxido que grita olvido, la serie de columnas que visten las grandes ventanas de edificios donde en algún momento se cosían pantalones o sombreros, como los que hacía mi madre en una de las tantas factorías del antiguo Village. Allí, una tras otra mujeres con sus delantales sobaban y sobaban telas ante las viejas máquinas Singer, alumbradas por luces fluorescentes sin saber la hora del día, con la espalda cansada y pensando en el hijo que otra lleva a la escuela, en la hija a la que anhela proporcionar mejor destino. El recuerdo me llega como algo ajeno y la imagen me entristece al recordar que en ese momento aquello era para mí tan sólo el trabajo de mi madre. Un trabajo y nada más. Sin embargo ahora, más de veinte años después comprendo los cimientos que ella sembraba, su afán por salir temprano y el corre-corre que llevaba siempre. Ahora que tras las mismas ventanas viven gente tal vez no tan sencilla en lofts que hace mucho perdieron rastro alguno de sus orígenes, mientras paseo con ligereza por la calle Prince, sin prisa durante el almuerzo de un trabajo que a pesar de ser en la misma área donde hace treinta años laboraba mi madre pero, en oficina de luz natural y sin ponchar tarjeta, logro comprender lo que sucedía tras estos edificios, tras estas paredes pintadas de colores pastel, impecablemente limpias. Ahora comprendo las ausencias, la diferencia que mi madre forjaba para mí y que hoy puedo captar no sólo con mi cámara.

jueves, 23 de octubre de 2008

Desahogo

No sé si será la distancia, el idioma, el estar rodeada de cosas y gente que nada tiene que ver con una época en que llevaba la sensibilidad a flor de piel, tiempo en que la poesía estaba en todas partes, cuando la sentía y respiraba como al aire, como siento hoy este frío que no me permite pensar/recordar el mar y la arena. No sé si es porque hoy, escuchando canciones que conozco y otras tal vez nuevas para mí pero sin parecer nada extrañas, de repente siento ansias de llorar, de escribir, de regresar a ese pasado donde sólo el instante mismo importaba, instante en que podía escuchar una guitarra por horas sin temor a ser interrumpida, cerrar las puertas y dejarme llevar por los caminos del corazón. Tal vez sea la edad, la imposibilidad de escapar, la ansiedad de tantas cosas por hacer, no lo sé, sólo sé que hoy, escuchando a Serrat, Rodríguez, Sosa, Guerra y Milanés he vuelto a recordar quien fui, a quien he dejado a un lado para ir en búsqueda de algo nuevo, para alimentar los sentidos con cosas de un mundo ajeno y mío a la vez, un lugar agridulce en el cual voy evolucionando de prisa, con miedo a perderme pero igual continuo corriendo por temor de quedar atrás. Tal vez he olvidado en que consiste la belleza, quizás el influjo de esta cuidad que nunca cesa de lastimar me ha hecho perder la sensibilidad, me ha creado una coraza, me ha sobrecargado de información hasta el punto de carecer de filtro y ser incapaz de detenerme y pensar o percibir la esencia de las cosas, aquello que me hace realmente feliz…

¿Hacia dónde voy? No lo sé. Como siempre, me he dejado llevar hasta perder por completo el motivo y sentido de tanto desborde.

Cuando ya me empiece a quedar solo

En la oficina, con un montón de cosas por hacer, escuchando a Pandora para asi sentir que estoy sola, para que a nadie se le ocurra molestarme al verme con los audífonos, y entre tantos papeles, sin saber por dónde empezar, surge la voz de Mercedes Sosa. Cierro los ojos. Me detengo. Por unos segundos dejo de estar aqui.

Busco en la red las letras de la canción. No pude evitar compartirla:

Cuando ya me empiece a quedar solo

Tendré los ojos muy lejos
Y un cigarrillo en la boca,
El pecho dentro de un hueco
Y una gata medio loca.

Un escenario vacío,
Un libro muerto de pena,
Un dibujo destruído
Y la caridad ajena.

Un televisor inútil
Eléctrica compañía,
La radio a todo voulumen
Y una prisión que no es mía.

Una vejez sin temores
Y una vida reposada,
Ventanas muy agitadas
Y una cama tan inmóvil.

Y un montón de diarios apilados
Y una flor cuidando mi pasado
Y un rumor de voces que me gritan
Y un millón de manos que me aplauden
Y el fantasma tuyo, sobre todo
Cuando ya me empiece a quedar solo.

miércoles, 15 de octubre de 2008

Trayecto

Es éste el camino que me lleva,
este hilvanado de líneas imperfectas,
peligrosas,
trayecto que se pierde entre opacidad y abandono,
entre el campo remoto
e inaccesible.

Foto tomada por mí