jueves, 12 de septiembre de 2013

La granja

La semana pasada visitamos el Queens County Farm, lugar que se ha convertido en un favorito para nosotras. Muchas de las flores que vimos en nuestra ultima visita no estaban; lamenté encontrar a los inmensos girasoles ya marchitos, señal del cambio de estación. Algunos animales también estuvieron ausentes, no sé si por ser día de semana o por el clima. Estuvo nublado durante gran parte del día (ideal para fotos a esas horas) y nos acompañó un hermoso silencio. No hicimos mucho: caminar, correr, tocar un que otra flor y disfrutar del silencio y verdor que nos rodeaba. Miré a mis niñas jugar juntas, recoger piedras, reír y simplemente ser. La mayor parte del tiempo caminé detrás o en frente de ellas, dejándolas seguir su curiosidad y asombro, pero siempre observándolas, como para no perder por un segundo sus sonrisas y alegría. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Cierre del verano

Hoy el clima está de agosto. Sin embargo, llevo presente que dentro de poco esta calidez cederá paso al otoño. Ayer pasé el día organizando los closetsgavetas de las niñas, haciendo lista mental de lo que necesitarían una vez ya no puedan usar pantalones cortos y sandalias. También estuve anotando cosas que hacer y lugares para visitar antes de que el clima cambie por completo.  En realidad, mhubiera gustado hacer más, como ir al carrusel de Brooklyn Bridge Park o visitar Governors Island, pero este verano fue algo agotador y complicado con la visita de mi suegra y la mudanza y organización del nuevo apartamento. En general, creo que fue un buen verano pero para el próximo pienso ser un poco más diligente y planear mejor mis días, tal vez así logre tener un calendario lleno de actividades, paseos y cosas interesantes que hacer con las niñas.

Aquí, una breve reseña de nuestro verano según imágenes tomadas por mi celular:


martes, 3 de septiembre de 2013

Ya son 35...


Hace ya un par de semanas que cumplí año pero no quería dejar de escribir una nota para así no olvidar ese día. Semanas antes mi esposo se ofreció a hacerme una fiesta. Al principio estaba entusiasmada con la idea pero cuando me puse a calcular el trabajo que implicaba una fiesta y lo poco que realmente la iba disfrutar (sí, reconozco mi pesimismo), cambie de parecer y decidí no hacer nada. Total, lo que más me interesaba era abrirle la piscina inflable a las niñas y verlas disfrutar la tarde, estar con ellas, con mi familia. 

Qué quieres hacer hoy?, preguntó mi esposo llegado el día. Le dije que quería comprar un bizcocho y unos cuantos globos para tomarme fotos con las niñas. Es que para mi hija mayor, si  no hay globos, no hay "happy birthday". Fuimos los tres: ella eligió los colores de los globos y yo un tiramisú. En el carro ella preguntó que a qué hora era la fiesta. Le dije repetidas veces que no habría fiesta, que íbamos a cantar cumpleaños feliz y bañarnos en la piscina. Que tal vez su primita nos acompañaría. Ella no entendía la idea de cumplir años y no celebrar:  "Mami, pero, porqué no quieres una fiesta? Yo quiero un happy birthday!"Al final ella aceptó y al llegar a casa y ver la piscina lo olvidó. 

Mientras Lucia dormía, Stella y yo jugamos en la piscina. Nadie iría a visitarme y pocos me habían llamado; no hago mi cumpleaños visible en Facebook así que tampoco recibí muchas felicitaciones, salvo de los pocos que se acordaron de la fecha. Nada de esto importaba. Cuando al fin Lucia despertó y nos acompaño, pensé que mi día era perfecto, que nada se comparaba con ese momento. Sin embargo, de repente sentí tristeza, un vacío, por llamarlo de alguna manera porque ni siquiera sabría explicarlo. Mis hermanos no vendrían y uno de ellos ni siquiera me había llamado. Pero unos treinta o cuarenta minutos después llegó el primero con una caja de chocolates y confesó que no me había llamado porque quería darme una sorpresa; luego llegó el segundo, también con su familia (y un flan hecho por su esposa). Entonces sí me sentí completa.  

Este año no quise pensar en las cosas que he hecho o no hasta ahora, quería estar presente, vivir el día, tomarme fotos, tener un recuerdo con mi familia... y así fue. Al día siguiente aun sonreía al pensar en mi familia y lo afortunada que soy por tenerlos.