lunes, 31 de julio de 2006

Yellow


Fotos tomadas en Central Park.

Cronología absurda (y patética) de una noche de verano

8:45pm. Café Reggio en el Village. Me había tomado un par de apple martinis en el Fat Black Pussycat y vine a tomarme un café a ver si la cafeína me quita esta leve embriaguez (repito, leve). Fue en este lugar donde me encontré con P por primera vez fuera de la universidad, un sábado de diciembre. Pido un expresso doble con amaretto y un flan. Delicioso. Hay algo de este lugar que me atrae. No sé si son las dos pinturas oscuras que cuelgan de la pared (ni siquiera puedo verlas claramente), de esas que normalmente hacen referencias religiosas pero más bien parecen cuentos de fantasmas. Las sillas anticuadas, similares a la de los cafés parisinos; las azucareras exageradamente grandes; la falta de aire acondicionado y la dulce brisa de un abanico de techo; música clásica en el fondo (no sabría distinguir quien es). En lo único que puedo pensar es en esa cita con P, en lo nerviosa que estaba esa noche, en lo mucho que me intimidaba su inteligencia y en lo chiquitita que sin querer me hacía sentir. Hay un letrero en madera que dice lo siguiente: “To look a fool is the secret of a wise man. Edgar Allen Poe”. Recibo un mensaje de texto en mi celular. Un amigo se encuentra en un bar en la 169 y Broadway. No sé si ir, quizás no sea buena idea.

9:35pm. Caminando en la calle McDougal. No sabía que tenían un Baluchi’s aqui (cocina India). Ahora frenta a Cuba; cuantos recuerdos guarda ese lugar. No estoy caminando derecho, no sé si la gente lo nota; que cosas digo, si mi estado va perfectamente con este lugar. La banda está tocando son y el mismo señor de siempre (que por cierto es dominicano) está haciendo cigarros cerca de la ventana. Quiero entrar pero no creo que mis calizos y mochila sean adecuados. Odio lo que me hizo. Extraño aquellos tiempos, los buenos momentos que pasamos en ese bar, entre risas y mojitos.

10:00pm. No puedo escribir en el tren. Mi caligrafía se está tornando ilegible. Quiero llorar pero no sé porqué. Estoy cansada. Llegaré a casa y todo será igual a este momento en el tren, sola. Falta una hora para llegar. Todo sería más fácil si lograra desaparecer; no tendría que preocuparme por nada como tampoco decidir qué hacer con mi vida. Bajo tierra no hay preocupaciones. Quiero llorar pero no quiero. Son las 10:10, pasada la calle 60. De repente tengo una imagen de alguien arrancándome el corazón, unas manos enormes acercándose a mi y jugando con mis adentros como si fuera un juego de niños, masilla o algo parecido. Excelente. Acabo de notar que he pasado la calle 90. Estoy en el maldito tren A camino a Washington Heights; y yo que pensaba llegar a casa temprano...

10:20pm. En Harlem, calle 125. A esperar otro tren para volver downtown. Cuánto calor hace en esta estación. Mi amiga me llama pero lamentablemente no me escucha mientras hablo y hablo del estúpido recorrido que he hecho; me dice que la llame en cuanto llegue a casa. Se cortó la llamada. Hay un tipo frente a mi en el tren; no se ve mal. Sólo quiero un abrazo, alguien que me abraze y pretenda entenderme. Parece que es dueño de un gato o perro ya que tiene la camisa llena de pelos.

10:35pm. Calle 34 - Penn Station. ¡¡Que vaina...coñ-!! La calle 23 y 8va avenida. Seguí bajando en el tren sin darme cuenta. Qué diablos me pasa. Las 10:45 y yo en busca de otra estación, que bien.

11:10pm. Roosevelt Avenue, Queens. Ya falta poco. Me siento mejor. Quiero dormir.

11:40pm. He llegado a casa.

domingo, 30 de julio de 2006

Morir

A veces deseo sentir tus manos
y lengua sobre mi cuerpo,
sentir tus garras mientras me deshojas
y dejas al desnudo mi corola;
quedar rendida ante la promesa
de un eterno vacío,
una infinita oscuridad
donde no existe la piel
y el YO se transmute en nada.

jueves, 27 de julio de 2006

Secretos

¿Será que estoy vacía? Me siento frente al computador y nada, es como si me hubiesen vaciado el cerebro de un zarpazo. Por otro lado, el corazón tampoco me quiere contar nada. No logro descifrar lo que le cuenta a las venas; siento que late pero nada más. ¿Acaso se cansó de sentir? Ama o no ama, siente o no siente... la verdad, no lo sé. ¿Estará contento? ¿Porqué tanto sosiego? ¿Qué pasó con sus mareas, con su alborotada risa, con sus incomprensible saltos entre desesperación y alegría? No comprendo este silencio. Mis dedos quieren bailar sobre el teclado y el corazón no lo ayuda. Cuéntame, has sentido cosquillas ultimamente? ¿Te ha sorprendido un sonrojo? Nada. No me quiere hablar y al parecer esta cabecita mía le está siguiendo el juego. Extraño sus sobresaltos, el aleteo de mariposas que provoca en mis adentros, los secretos que comparte con mis nervios y los altera, las risas que me provoca en los momentos menos indicado, la complicidad con mis manos... Me cuesta creer que he quedado vacía. Algo me esconden la razón y ese terco corazón que llevo dentro...

miércoles, 26 de julio de 2006

Me había perdido

Me había perdido. No sé porqué pero por unos días no quise escribir, contestar correos o leer. Lo que sí he hecho demasiado es comer. Tengo una semana comiendo todo cuanto tengo frente, lo cual es muy inusual en mi. Tengo que volver a concentrarme, regresar a la tierra y dejar de dormir entre nubes. Quizás la culpa la tiene Nueva York; si, debe ser, por su culpa pasé varios días de mal humor. Y es que me tiene hastiada, ya no soporto el tren. Lo que pasé la semana pasada con los susodichos trenes no se lo deseo a nadie. Me basta con la hora que tardo en llegar a casa como para también tener que soportar la larga espera en ese subterráneo húmedo y caliente para después pararme dentro de un tren sin poder mover tan siquiera una pierna para no toparle a quien está a mi lado que para colmo tiene un olor desagradable. El lunes por poco pierdo la paciencia pero me contuve y pude llegar a casa sin llorar o maldecir esta cuidad. No es fácil vivir (o sobrevivir) aqui. En fin, creo que en gran parte mi frustración con el metro (el cual tuvo problema a causa de unos apagones en Queens) causó mi dejadez, eso aparte de lo distraída que he estado con otras cosas.

Mi semana ha sido de pocas novedades pero si de muchas sonrisas. El jueves hablé con mis amigos de Tinta Fresca lo cual me dio muchísima alegría (y nostalgia), el viernes compartí con un grupo de personas muy chévere y el sábado estuvimos despidiendo a mi amigo Guery que se muda para Miami. Otro amigo que se va... Bailé como hace mucho no hacía y esa noche sirvió para abrirme un poquito los ojos; darme cuenta de lo hermoso que es el estar vivo; el poder disfrutar de una noche entre amigos y música; de lo poco que sirve el estar lamentando el pasado, cargando una pena que hace mucho debió hacer sus maletas y mudarse a otro lado. Basta ya.

Mañana y pasado no estaré en la oficina; pienso aprovechar esos días para retomar las cosas que he dejado a un lado, visitar el parque ya que hace mucho no lo hago, ver películas, disfrutar de mi tranquilidad y paz, y seguir sonriendo. Ah, y dejar de comer tanto... no puedo seguir asi. Debo prepararme para mis 28 que vienen en camino. Vieja y gorda no!

Por una llamada

Mientras le escribía a Ro sentí un repentino deseo de llamarla, de sentirme un poco más cerca a mis amigos de Tinta Fresca que se encontraban en su casa. Una llamada bastó para que ellos me alegraran la noche, para recordar el valor de la amistad, el cariño que sentimos uno por el otro, y lo afortundada que soy por tenerlos en mi vida.

Cuando comenzé a participar en Tinta Fresca nunca imaginé que de ahi nacería una amistad tan hermosa como la que compartimos. Han pasado siete u ocho años desde mi primer encuentro con ellos y aún existe el mismo cariño, quizás mucho más que entonces. No importa cuánto tiempo pase o la distancia que nos separe, siempre nos unirá ese pasado que tenemos en común, esos sábados en que olvidábamos el mundo y nos concentrábamos en cosas que nos hacía sonreír como la poesía, los cuentos, las ansias de aprender, compartir nuestras ideas y locuras.

Esta noche estoy feliz.

20 de Julio 2006

miércoles, 19 de julio de 2006

Carta al mar

Buscando entre mis archivos encontré esta carta que escribí hace unos años:

Hoy estás inquieto. Te invade el enojo y te consume la rabia. Mis pies anhelan sentirte pero tus olas embravecidas vienen hacia mí con tal fuerza que debo huir y conformarme con la humedad de la arena. Desahogas tu furia con los riscos, como si ellos fuesen los culpables de tu enojo. Tal vez lo son. Quizás hayan albergado en sus brazos alguna sirena que ha perdido su norte, eso debe ser. Sé cuán celoso eres; te aferras a todo lo que, según tú, sólo puede existir a tu lado. ¿Cómo será ella? Sé que no permites que ojo alguno conozca una de tus amantes. Cuan afortunadas son ellas, las musas que inspiran tu canto. Las imagino como reinas en su palacio azul, danzando al compás de tu ritmo y fraguando sueños marinos. Cómo no amar la paz que posee la profundidad de tus aguas, ese silencio que emana de tu vientre. Quien te viera en este instante no desearía ser parte de ti, mas yo sé que esa turbulencia es sólo un disfraz, una forma de cuidarte del mundo exterior, de proteger a tus sirenas y todo el esplendor que encierras. A mi no puedes engañarme.

¿Que te han hecho, de qué forma de han herido? El vaivén de tus olas gritan ansiosas y en su desespero parecen querer escapar, buscando refugio en la arena, sin saber que en ella sólo encontrarán su final. ¿Acaso es eso? ¿Será que ellas quieren partir, fenecer en la tibia morada de la playa, de la arena cocida por el sol? ¿Será esa tu furia? ¿Será que no quieres compartirlas con la tierra? Sí, tu amor hacia ellas te ha hecho enloquecer y tratas de detenerlas, de traerlas de vuelta, olvidando la imposibilidad de detener el tiempo y el destino, pues todo debe seguir su curso, y aunque te quedes con algunas, al final muchas habrán partido. Comprendo tu furia, o más bien, tu tristeza. Crees que al afligirte eres débil, y niegas a aceptar que tu majestuosidad pueda caer en debilidad, sin percibir que el enojo y el resentimiento hace más honda la pena. Sé cuanto duele perder aquello que se ama pues siempre se termina perdiendo parte de uno mismo. Así como en cada ola se va un amor, un amigo, se va también parte de tu esencia y esa parte de ti que se va, deja de pertenecerte para entonces fundirse con la tierra. Ahora debes compartirla, será tuyo su pasado mas su futuro será del sol, de las huellas plasmadas por un instante en la arena, de los caracoles que habitan la ribera, así como las algas que estarán a su encuentro con su nueva vida; pero esto no debe ser motivo de tristeza, aunque se extravíen algunas olas y se escapen sirenas, no dejas de ser hermoso.

Mírate ahora. Hasta el sol quiere ser parte de ti. ¿Acaso no ves como se acuesta despacio, como lentamente se esconde en tu regazo ofreciéndote a cambio un festín de colores, queriendo compensar tu abrazo con nubes púrpuras y arcos luminosos que se reflejan sobre tu faz? ¿ Acaso crees que las gaviotas vienen aquí por la arena o el poniente? No, vienen a contemplarte. Ellas también quieren ser tuyas, mas no cuentan con la dicha de los delfines o los corales. Se conforman con extender sus alas sobre tu cuerpo, contemplar en silencio tu grandeza y poseerte tan sólo con sus ojos. ¿Por qué crees que Alfonsina se fue tras de ti? Ella, al igual que yo, estaba cansada de esta absurda realidad que desconoce de quietud y sosiego; realidad que aspira a parecerse a ti, y que tú, a pesar de rodearla, detestas. Por eso te enfureces cuando intentan quitarte lo que es tuyo, cuando violentan tu lecho. Ellos no te ven como ella pudo verte, de la misma manera en que hoy te veneran mis ojos. Déjame ser una de tus amantes, olvida aquella sirena, aquellas olas y tómame. Déjame ser parte de tu historia, calma con mis besos tu furia y dame la paz que me niega esta tierra.

20 de mayo de 2001
(Foto tomada desde la playa Sosúa en Rep. Dom., 2006)

martes, 18 de julio de 2006

Una noche de mayo

Suena la canción de Serrat "Sinceramente tuyo" y no puedo evitar trasladarme al Centro Español de Santiago, en donde una noche de mayo Joan Manuel Serrat estuvo de concierto. Esa noche me vestí de negro y emocionada manejé hasta el Centro. Iba sola pero eso no me molestaba o detenía. Cuando llegué, el lugar estaba practicamente lleno y me detuve frente a una de las entradas en busca de donde sentarme. De repente y sin esperarlo, frente a mi, estaba él con su sonrisa de siempre. Sorprendida, no supe qué decir. Tenía siete u ocho meses sin verlo y el destino me lo puso de frente, como muchas cosas en mi vida que se mantienen constantes, presentes sin estarlo, cerca cuando más lejos me lo imagino... Andas sola, preguntó? Le contesté que sí y el me ofreció una silla a su lado (el andaba con un amigo). Fue una noche mágica, como esas que se ven en las películas donde reinan las coincidencias, los inevitables encuentros y reencuentros con el pasado. Serrat cantaba y él me tomaba de la mano, a lo cual le seguía una sonrisa, una tímida mirada de mi parte. La noche siguió con una copa de vino y una conversación sobre mi futuro. Le contaba de mis deseos de ir a Nueva York y de las dudas que tenía al respecto mientras el me daba motivos por las cuales debía irme. Debes ser libre, me decía. "Ve por unos meses, un año. Date la oportunidad de aprender y vivir cosas nuevas". En ese momento no imaginaba el giro que daría mi vida en los meses siguientes. Luego cada quien tomó su carro y el me siguió para asegurarse de que llegara bien a casa. Prometimos volver a vernos, pero ambos sabíamos que al despedirnos las probabilidades de un encuentro serían pocas, si acaso posible. Sin embargo, poco importaba si volvíamos a vernos o no. A veces no hay que tener a las personas de frente para saberlas cerca del corazón; de eso estábamos seguros.

domingo, 16 de julio de 2006

De cumpleaños... el blog

Hoy, un precioso domingo de mucho sol y calor, cumple mi blog dos años. Si, hace dos años inicié lo que se ha convertido en adicción para mi. Recuerdo que en ese tiempo se casaba Doña Letizia y por curiosidad quise leer un poco sobre ella cuando me encontré con su blog. Me llamó la atención esto del blog y comenzé a investigar qué era un blog, cómo funcionaba, los tipos de blogs que existían y las páginas que las soportaban o creaban, cuando al fin decidí comenzar uno. En ese tiempo los blogs no eran tan populares como ahora, aunque habían muchos en la red. No sabía exactamente qué quería hacer con él. Como había descuidado mi diario pensé que tal vez el blog me inspiraría a escribir más a menudo, a anotar las cosas que me sucedían y que pensaba, también necesitaba retomar la poesía ya que para entonces también la había dejado a un lado. Y asi surgió todo, de a poquito. En cuanto al nombre, hace mucho tiempo que lo quiero cambiar ya que no me agrada mucho; lamentablemente fue lo único que se me ocurrió (que poco creativa soy) y ya cuando vine a ver tenía algunos amigos que me leían con frecuencia y me habían enlazado a sus páginas y decidí dejarlo asi (aún deseo cambiarlo). Y es que eso de “El Mundo de Joanne” suena algo narcisista y ridículo. Pero bien, el nombre es de poca importancia. Lo importante es el valor que tiene este blog para mi, los problemas que me he buscado por decir ciertas cosas en él; los amigos que conocí a través de él; las lágrimas que derramado escribiendo sobre mis mal de amores, como dicen; las cosas que aprendido a través de otros blogs; la posibilidad de escribir, escribir, escribir y que algunas personas me lean; las alegrías que me producen muchos comentarios que recibo; el poder reirme de mi misma y mis frustaciones (y quejarme también); en fin, son muchas las cosas que he recibido, aprendido y podido realizar a través de esta página y hoy día no me imagino sin ella. “El Mundo de Joanne” se ha convertido en el motor que me impulsa a escribir, lo que me recuerda todos los días que soy parte de algo más grande que yo, que no estoy sola y hay quienes me escuchan.

Gracias a quienes me leen por su compañía, por provocarme tantas sonrisas con sus comentarios, muchos de los cuales me han ayudado a crecer, a mejorar mis escritos y forma de percibir las cosas. Sin ustedes, queridos amigos y lectores, este blog no tendría mucho sentido.

jueves, 13 de julio de 2006

Hay días - II

Hay días en que nada duele, en que sonríes sin motivo alguno, en que te da por cantar, por oir esas canciones de rock y tocar tu guitarra imaginaria; días en que quieres aceptar la invitación de la lluvia, bailar en ella y sentirte renacer cada minuto que pasa, vivir cada segundo como si acabases de despertar de un largo sueño en el cual perdiste la memoria y sólo sabes del hoy, del ahora.

Así me sentí ayer cuando escribí esto en mi oficina mientras escuchaba a Pink Floyd y veía la lluvia caer. Como ven, no sólo hay días tristes como pudo parecer en el post del pasado jueves...

A lo lejos, el ocaso




martes, 11 de julio de 2006

Recordando a Pablo Neruda


Mañana, doce de julio, se celebra el nacimiento del poeta chileno, Pablo Neruda. Poeta que admiro no sólo por su obra sino por el ser humano que fue, por su alegría e inmutable fé en su lucha, su carisma, su amor por el mar y todo lo referente a él, por ser capaz de ver más allá de la simpleza de las cosas tangibles, por su amor a la vida y la poesía, por sus largos viajes y fidelidad a su tierra, por cantarle al amor una y otra vez...

Quería compartir algún poema de Neruda pero son tantos los que me gustan que decidí hacer una lista de mis preferidos (al menos los que ahora recuerdo ya son muchos). Fui haciendo la lista según los recordaba:

Poema 15
Poema 10
Poema 20
Farewell
Si tu me olvidas
El alfarero
Pido silencio
Al pie desde su niño
Explico algunas cosas
Tus manos
Barcarola
Soneto XXV
Soneto XVII
El tigre
El Viento en la isla
Poema 5
Tu risa
Alturas de Machu Pichu XII

Para una lista completa de sus obras, ir a la Fundación Neruda: http://www.fundacionneruda.org/obras_libros.htm

domingo, 9 de julio de 2006

Top of the Rock

Esta tarde salí a Central Park y como no había tomado café en todo el día decidí comprar uno antes de entrar al parque. Entré a un Dean & Deluca cerca de Rockefeller Center y mientras me comía un bizcocho de guineo y blueberry (como se dirá en español?) me acordé del Top of the Rock, el observatorio a lo lo alto del edificio GE desde donde se puede apreciar una vista de 360 grados de Nueva York. Siempre había querido ir pero no había tenido la oportunidad; hoy me pareció un día excelente ya que eran casi las siete y pronto se acostaría el sol. Disfrute por un par de horas la vista de la cuidad, la puesta de sol, las luces del edificio Empire State cuando la encendieron, la inmensidad de Central Park, el Hudson y el Río Este. Ahí, a lo alto de 70 pisos, encontré la paz y tranquilidad que buscaba durante la semana. Aqui los dejo con algunas fotos que tomé y una que me tomó un amable señor.

Más fotos en: http://www.flickr.com/photos/barcarola/

viernes, 7 de julio de 2006

Semana de lluvia y cine

Después de una larga semana de altos y bajos, hoy me siento major. El día está soleado, al fin parece verano. Ha llovido mucho estos días lo cual no ayudaba mi estado de ánimo. El martes, día en que aqui celebraban la independencia estadounidense, me pasé el día en casa hasta que a eso de las cuatro de la tarde no pude más y decidí salir a caminar. Sabía que iba llover pero no me importaba. Me puse mis calizos y minifalta y salí en pleno aguacero. Tomé el tren, llegué a la librería y en ella me refugié de la lluvia por unas horas, tome un café y para entonces había dejado de llover. Al llegar a casa, ignoré los fuegos artificiales y me puse a ver a Casablanca. Compré dicha pelicula hace como dos años pero nunca me animé a verla. Me encantó. Háblenme de amores imposibles y tienen toda mi atención. Humphrey Bogart, como siempre, genial.

Hablando de películas, en eso me he pasado el tiempo esta semana. Estoy tratando de ponerme al día con ello ahora que no estoy tomando clases. El lunes vi a Superman. No tenía la intención de verla pero no me quedó de otra. Otra historia de amor imposible... El joven que reemplaza a Christopher Reeve estuvo excelente, hasta se parece un poco físicamente. No soy amante de las peliculas de super héroes pero está me encantó.

El miercoles vi a The Devil Wears Prada. Increible, pero esta película ha llamado mucho la atención de los neuyorkinos; todos los días las salas de cine están llenas. Quizás es por que muchos pueden identificarse con Andrea, quien tuvo que dejar a un lado sus sueños y creencias a cambio de un trabajo que, aunque no el ideal, le abriría muchas puertas y pagaría la “renta”. Y asi es la vida, no sólo aqui pero en muchas partes del mundo, para sobrevivir hay que dejar los sueños a un lado, postergarlos un tiempo hasta tener la estabilidad económica que le permita a uno dedicarse a aquello que nos apasiona. Triste, pero esa es la realidad de este mundo capitalista del cual formamos parte.

Hablando ahora de sueños y pasiones, el martes tomaré mi primera clase de guitarra. Siempre he querido aprender a tocar guitarra, es mi instrumento favorito. Cuando tenía trece años mi padre me regaló una guitarra para mi cumpleaños después de mucho insistirle en que quería ser cantante, escribir mis propias canciones y tocar guitarra. Tomé clases por un año y luego de una terrible verguenza que pasé en una presentación en la cual, después de mucho ensayar, no me atreví a salir por que se me olvidó la canción. Mi padre, quien orgullosamente me esperaba entre el público, jamás se le olvidó esa desilución. Tanto esperar a su hija y ella se escondió detrás del telón donde no hacía mas que llorar. Me tomó muchos años recuperarme de aquello y ya cuando estaba lista para retomar las clases el tiempo no me lo permitía. En mi viaje a Santiago el mes pasado traje mi querida guitarra conmigo. Ayer le cambié las cuerdas. Esta vez espero no defraudarla y aprender a tocarla. Veremos como me va.

Mi guitarra es una de las cosas que tengo pendiente para este verano. Tengo que dejar a un lado tantas tristezas e invertir mi tiempo en cosas que me hagan sonreír. Estoy hastiada de tantas decepciones y frustraciones, especialmente las que me causo a mi misma.

Estoy lista para el fin de semana.

jueves, 6 de julio de 2006

Hay días...

Hay días en que sientes que la vida es una cadena que te arrastra por los pies a su antojo, llevándote por tierras desérticas, afferándose a ti como las algas a la vieja madera de los puertos, cuando lo único que quieres es dejarte consumir por el sol y que de tus restos se encargue el viento.

martes, 4 de julio de 2006

Cuando me faltes

Qué hare cuando me faltes,
cuando se acaben las noches en vela,
cuando tu sombra no persiga la mía en el asfalto
y el alba me prohiba nombrarte.

Cómo justificar entonces la tristeza,
la pasión soterrada en mis adentros,
la inercia de mis manos
y la absurdidad del ocaso.

Qué haré
cuando desaparezcan mis temores,
cuando se calmen mis aguas
y me sorprenda la serenidad,
la impavidez,
el saberme sin causa y sin lucha,
sin norte y sin velero.

lunes, 3 de julio de 2006

Dormir, dormir, dormir

La una de la mañana y no puedo dormir. No debí tomarme ese café pero ya es tarde para lamentos. Dormir, dormir... me siento cansada pero mi mente da vueltas y vueltas. Ya he tenido como tres conversaciones con personas imaginarias, o mejor dichas, conversaciones imaginarias con personas que no están aqui. No, no estoy loca; es algo que hago de vez en cuando, cuando tengo tanto que decirle a alguien pero me falta el valor; a veces lo hago a modo de ensayo, cuando no estoy segura de cómo expresarme y repito la misma letanía de distintas formas; hay ocasiones en que lo hago para ignorar por un momento el presente e imaginarme una situación ideal. Qué tonterías digo...

Entre las vueltas que he dado en mi apartamento y el prende y apaga de la televisión, leí unas cuantas páginas de Baudelaire con la intención de que él me inspirara pero que va, nada. Si encontré algo que llamó mucho mi atención; estaba subrayado en una leve tinta rosada. Al parecer el texto me gustó años atrás. Dice asi:

¿Qué es el amor?
La necesidad de salir de sí mismo.
El hombre es un animal adorador.
Adorar es sacrificarse y prostituirse.
Así, todo amor es prostitución.


Prostitución. Interesante forma de describir al amor. En una noche como ésta, no podría estar más de acuerdo con Baudelaire. Sólo me falta aclarar esta cuestión del amor que viene disfrazado de un ayer que se niega a ser olvido; sentimiento brumoso que me aterra.

Dormir. Debo hacer el intento.

domingo, 2 de julio de 2006

Un domingo más

El día está hermoso hoy, sin embargo, no quiero salir. Ya no tengo deseos de caminar con mi cámara por horas, tomar fotos, sentarme en el parque y ver caer la tarde. Creo que me cansé de hacer ese recorrido sola. También me cansé del tren; una hora para llegar a la cuidad, me basta con tener que viajar esa distancia todos los días para ir al trabajo. Mejor me quedo en casa y me concentro en cosas más importantes, como estudiar para el GRE a ver si al fin me decido aplicar para una maestría; puedo tratar de escribir o leer uno de los tantos libros que he ignorado; puedo organizar mis archivos en un hard drive que me acabo de comprar; o terminar de organizar mi música. Y es que cuando se tratar de buscar qué hacer, siempre logro inventar algo.

Mucha gente toma este fin de semana “feriado” para ir a la playa. Después de pasarme dos semanas en República Dominicana lo último que quiero es visitar una playa de Nueva York o New Jersey. Para personas como yo que aman el mar y la playa y que llevan en su corazón las playas del Caribe, es muy dificil disfrutar de las playas de aqui. Digo, si voy con un grupo de amigos la puedo pasar bien en la arena, tomando sol. Pero no hay caracoles, ni confío en las oscuras aguas (además de ser muy fría), y no hay palmeras. Lo único que me agrada de éstas playas son las gaviotas. Con ellas me entretengo. No serán las aves más hermosas pero me gusta su modo de vivir, lastima que las pobrecitas no vayan al caribe. ¿O acaso sí van? No lo sé, nunca las he visto en R.D.

En fin, terminaré mi café y comenzáre mi domingo. Quizás más tarde, cuando baje un poco el sol, me anime a salir.