martes, 30 de agosto de 2005

Felicidades Ro!

Quiero felicitar a mi amiga Rosa Silverio quien hoy ha puesto en circulación su segundo poemario titulado "Desnuda". Su primer poemario, "De Vuelta a Casa", fue publicado en el 2002.

Aqui, un articulo del periódico Dominicano Diario Libre anunciando el evento:

Fotografía y poemas en Santiago

Santiago. La escritora Rosa Silverio y el artista visual Fausto Ortiz unieron su creatividad en un proyecto común de poesía e imagen que será presentado al público el 30 de agosto, cuando la autora pondrá a circular su poemario "Desnuda", el cual contiene diez fotografías realizadas por Ortiz, inspiradas en textos que figuran en la edición.

El acto tendrá lugar en el bar Moisés Zouain del Gran Teatro del Cibao, a las 7:30 de la noche, e incluirá un performance de la actriz María Ligia Grullón, así como música en vivo a cargo del cantautor Emmanuel Bretón.

Por su parte, Fausto Ortiz abrirá su exposición "Memoria al desnudo", el día 2 de septiembre a las 7:30 de la noche en la sala Yoryi Morel, del Centro de la Cultura de Santiago. La muestra individual incluye las imágenes que aparecen en el poemario, así como otras fotos fruto de las sesiones que se realizaron y que surgieron gracias al talento del artista. Durante la actividad habrá una participación especial del saxofonista Carlitos Estrada, acompañado por una bailarina del Ballet Contémpora.

Muchisimas felicidades Rosa. Cuánto me gustaria estar en mi pueblo para personalmente darte un abrazo y al mismo tiempo escuchar a Emmanuel tocar el piano. Besos a ambos.

sábado, 27 de agosto de 2005

Eres

Si tan solo fueras mi roca y mi soporte, los labios que secan mis lágrimas y curan mis heridas. Si tan solo fueras el ancla que me mantiene en pie, firme entre la tormenta. Sin embargo eres la sal, el torrente que se lleva lo poco de mi, dejándome desnuda ante el frio.

viernes, 26 de agosto de 2005

Sueño

Si pudiera despertar y reconocer que todo ha sido un sueño; que el tedio de la oficina ha sido una simple aventura y la soledad un experimento.

jueves, 25 de agosto de 2005

El auge del Reggaeton

Anoche estaba con Amala y Beth, dos compañeras de trabajo, en Gonzalez y Gonzalez, un bar/restaurante mejicano localizado en Noho (North Houston), y les comentaba sobre el auge del "reggaeton"; les explicaba que es una fusión de reggae Jamaiquino, hip-hop puertorriqueño, salsa y hasta bachata dominicana. Les contaba que cuando fui a República Dominicana este verano tuve que aceptar el hecho de que este tipo de música es lo que más se oye en los bares y que si quería bailar, tendría que ser al ritmo de Tego Calderón, Daddy Yankee o Ivy Queen (son los úncios que conozco). En realidad no soporto el reggaetón pero he tenido que aprender a tolerarlo para así poder compartar con mis amig@s que si lo disfrutan. Quizás si la mayoría de las canciones fueran menos vulgares podría apreciarlas mejor, o por lo menos no sentir tanto disgusto al oírla en los lugares públcios (aunque según Daddy Yankee no toda canción de reggaeton es vulgar o sobre "bonches"; tendré que escucharla más a menudo para encontrar los temas sociales y serios a los que él se refiere).

Rara coincidencia cuando me encontré con una foto de Daddy Yankee en el New York Times esta mañana. "Esto es lo último", me dije al ver el artículo. Pero bien, como cada quien tiene derecho a su propia opinión y gusto, respeto a quienes le gusta esta música y por mas horrorosa que me parezca, aveces, con unos tragos a cuestas y acompañada de un buen grupo de amigos logro olvidar que no me gusta y escuchar tres o cuatro canciones sin quejarme o poner una cara.

En fin, me pareció increíble encontrarme con este artículo en el New York Times pero, al mismo tiempo me da gusto que esta forma de expresión que surge de las calles y comunidades latinas se esté adueñando de la radio Norteamericana. Ojalá de esto resulte cosas positivas y que logre abrirle puertas a los latinos en Estados Unidos.

sábado, 20 de agosto de 2005

Mi Gardenia

Mis 27 años estuvo lleno de flores. Bueno, para qué exagerar; digamos mas bien que recibi flores de parte de personas que quiero mucho. El miercoles, 17 de Agosto, cumpli 27. Qué horror, en tres años ya estaré.... mejor ni recordarlo. Amala me envió un ramo de rosas con unas florecitas blancas muy lindas (disculpen pero no sé mucho de jardineria). Me emocioné mucho ya que no las esperaba. Las rosas eran rojas, rosadas y anaranjadas. Al dia siguiente en la oficina me regalaron una docena de rosas rosadas. Es distinto el recibir flores en Nueva York que recibirlas en Santiago, al menos asi me parece. En Santiago las flores están pordoquier y duran mucho tiempo debido al clima. En Nueva York uno encuentra flores (qué no habrá en esta cuidad?) pero aparte de ser algo costosas, el clima no las ayuda y en dos dias suelen marchitarse.

En fin, esta mañana me despertó el timbre y al abrir la puerta me encontré al señor de UPS con un envio de una floristeria. Supuse que serian flores pero me encontré con una mata de gardenia. No supe si estar triste, feliz o sorprendida. Me sorprendi que la persona que me regaló la gardenia se acordara de cuánto me gusta. Siempre quise comprar plantas para mi apartamento pero temo no saber cuidarlas.

La sorpesa luego se convirtió en tristeza porque inmediatamente me acordé de mi abuela. Las gardenias siempre me acuerdan a mi abuela por que la única gardenia que existió en casa de mis padres fue un regalo de ella. La gardenia estuvo con nosotros muchos años y ninguna otra planta o flor nos brindó tanta alegria y asombro como esa. Una sola flor era suficiente para llenar la casa de su perfume. Senti algo de tristeza al ver mi nueva planta porque inmediatamente pensé, ¿Y cómo va sobrevivir esta planta en mi apartamento? Mi studio es demasiado pequeño y cuando no hace mucho frio por el aire acondicionado, hace demasiado calor tanto en el verano como en el invierno. Temo dejarla afuera por cualquier cosa que le pueda suceder.

Pero ahora estoy feliz con mi planta. Hasta ahora, solo era yo; ahora tengo algo que necesita me cuidado y cariño. Me pasé la mañana moviéndola de un lugar a otro, a ver donde se siente más cómoda; le heché agua; le mojé las hojas y le tomé su primera foto. Ella tiene seis botones. Supongo que en un par de dias despertaré con el olor de sus flores. Estoy emocionada.

viernes, 19 de agosto de 2005

Yerro

Lo creí perdido,
dormido en la profundidad del mar,
en el infinito azul del olvido.
Dejó mi nombre disuelto en la sal
y de mi cuerpo
no salvó un solo fragmento.

Lo creí enterrado
bajo las hojas de antiguos otoños.
Uno tras otro llegaron,
le dieron paso al invierno
y su cuerpo,
fundido con la tierra,
no volvió a ver la luz.

Lo creí escondido
entre nubes y estrellas.
Dejó mi quimera
tendida en la distancia,
mi voz perdida en la infinidad.
Separó su cuerpo del mío
y no fui mas que una estela,
un corpúsculo mas
en la infinidad de la noche.

Luego el viento me trajo su voz;
y con el,
el recuerdo perdido en el infinito,
enterrado bajo los escombros
y vestigios del otoño.

Aquel que dormía en los corales
embarcó en mi playa
y su regreso amenaza el curso de mi vida.
Intenta borrar cada paso
trazado en su ausencia
y reconstruir las grietas de mi alma.
Pretende despertar la piel dormida,
los sueños nebulosos...

Al menos eso creía.

Home

Esta mañana al fin supe el nombre de la voz que canta “Home”. Michael Bublé estaba en el Today show y escuché la entrevista mientras me preparaba para ir a trabajar. No tenía idea de quién era hasta que lo escuché cantar. Hace semanas vengo escuchando su canción “Home” y cada vez que la escucho me estremezco y al mismo tiempo siento ganas de llorar. Quiero llorar por el amor del hombre que está lejos y que através del canto le dice a su mujer que ha guardado cada carta que le ha escrito ya que en ellas sus palabras son muy frías; que se las enviaría, pero ella merece mas que eso; que aún rodeado de miles de personas se encuentra solo....

Esta canción me hace pensar en los soldados que están en Iraq, en lo lejos que están de sus familias. Cuantas cartas o emails enviados desde lejos, anhelando estar presentes en las vidas de sus hijos o en el cumpleaños de su pareja. “Home” es una canción sencilla que en repetidas veces grita lo que muchos soldados guardan en silencio: “Quiero regresar a casa”.

Home

Another summer day
Is come and gone away
In Paris and Rome
But I wanna go home

Maybe surrounded by
A million people I
Still feel all alone
I just wanna go home
Oh I miss you, you know

And I’ve been keeping all the letters that I wrote to you
Each one a line or two
“I’m fine baby, how are you?”
Well I would send them but I know that it’s just not enough
My words were cold and flat
And you deserve more than that

Another airplane
Another sunny place
I’m lucky I know
But I wanna go home
I’ve got to go home

Let me go home
I’m just too far from where you are
I wanna come home

And I feel just like I’m living someone else’s life
It’s like I just stepped outside
When everything was going right
And I know just why you could not
Come along with me
But this was not your dream
But you always believe in me

Another winter day has come
And gone away
And even Paris and Rome
And I wanna go home
Let me go home

And I’m surrounded by
A million people I
Still feel alone
Oh, let go home
Oh, I miss you, you know

Let me go home
I’ve had my run
Baby, I’m done
I gotta go home
Let me go home
It will all right
I’ll be home tonight
I’m coming back home


Pueden escuchar la canción completa en la página de Michael Bublé.

martes, 16 de agosto de 2005

Donde estará la princesa?

¿Dónde se ha ido la princesa que creía en cuentos de hadas? La niña que guardaba promesas bajo la almohada; la que vivía en nubes encantadas y besaba los sapos. Ya no la escucho en su castillo azul hablando con las estrellas o cantando junto al alba.

La luna cuenta que ella ha dejado de soñar y que ha visto en sus ojos una lágrima.

lunes, 15 de agosto de 2005

130 cosas sobre mi

1.Naci en Brooklyn, NY.
2.Me gusta el color púrpuro en las puestas de sol.
3. No sé nadar.
4. Vivi trece años en Santiago, Rep. Dom.
5. Me como las uñas.
6. No tengo paciencia para los salones de belleza, por eso trato de evitarlos.
7. Disfruto el caminar sola, pensar y observar el mundo que me rodea.
8. Nunca asistí a un carnaval Dominicano.
9. Empezé un curso de francés que nunca terminé (esta en mi lista de cosas por hacer).
10. Tampoco terminé el curso de relaciones internacionales.
11. Me gradué de Derecho en el 2001.
12. La primera vez que me puse un bikini tenía 22 años.
13. En RD manejaba sin licencia de conducir y sin cédula de identidad.
14. Intenté aprender a bailar flamenco y salsa pero no tuve éxito.
15. Lloro con los finales tristes de las peliculas al igual que con los felices.
16. Tengo una guitarra pero no sé tocarla.
17. Cuando niña, me encantaba la lucha libre y el béisbol.
18. Tomo café tres o cuatro veces al día.
19. Las pecas de mi rostro se enfurecen con el sol.
20. Adoro a Pablo Neruda.
21. En otra vida me gustaria ser gaviota.
22. Mi primer carro (el único hasta ahora) se apodaba “carta blanca”.
23. Colecciono caracoles.
24. Detesto las matemáticas.
25. Soy débil con el chocolate.
26. Heredé la nariz de mi abuelo materno.
27. Me gusta cuando juegan con mis cabellos.
28. Hace años que no hago ejercicio.
29. Amo el olor del mar, de la playa, el sonido de las olas, la calidez de la arena.
30. No me gusta el invierno.
31. Siendo adolescente, me sabia todas las historias del Antiguo Testamento.
32. No recuerdo la última vez que leí la Biblia.
33. Hasta hace poco, dormia con un peluche que me regaló un enamorado a los trece años.
34. Juan Gabriel fue mi ídolo durante la adolescencia.
35. Temo cumplir los treinta años.
36. Sueño con vivir en Paris.
37. Me encanta que me abrazen.
38. Me fascina el color verde.
39. Quisiera tirarme en paracaídas (aunque una vez me invitaron y no fui).
40. Sex and the City es uno de mis programas de TV favoritos.
41. No le tengo miedo a las herramientas, a pintar paredes, a colgar cortinas o armar muebles. Me encanta hacer trabajos manuales.
42. Siempre eligo el hombre equivocado.
43. Me hace falta el cielo caribeño (siempre está lleno de estrellas).
44. Desde mi escritorio puedo ver la punta del Empire State.
45. El perro que más he amado se llamaba Rambo.
46. Tengo portaretratos y fotos de mi familia por doquier en mi apartamento.
47. Mi mejor amiga en el colegio era Rosanna.
48. La sonrisa de un niño siempre me da alegria.
49. Mi amigo Junior Cruz fue quien me introdujo a Silvio Rodríguez.
50. La canción “Angel para un final”, de Silvio, es muy especial para mí y representa un lindo recuerdo.
51. Me encantan las pulseras.
52. No me gusta hablar por teléfono.
53. Siempre ando con mi agenda electrónica.
54. Vivo en un quinto piso.
55. Me gustaría ser madre.
56. Admiro la fortaleza de mi mamá.
57. Prefiero las pinturas clásicas a las modernas.
58. Mis artistas preferidos son: Renoir, Vermeer, Degas, Bouguereau, Monet y Pannini.
59. No me gustan ni confío en los gatos.
60. Se me hace dificil soportar la bachata, el reggaeton y el rap.
61. En una presentación (cuando tomaba clases de guitarra) no me atreví a salir al escenario y dejé a mi papá esperando en el público.
62. Me da mucha pena hablar frente a un público.
63. No nací para dirigir grupos o ser leader.
64. Cuando chiquita, soñaba con ser maestra.
65. Me encantaba cuando alguien me llamaba “chiquita”...
66. Soy super organizada (cuando quiero serlo).
67. No soy muy buena con las plantas; nunca recuerdo mojarlas.
68. Las Cataratas de Niágara me deslumbraron cuando las vi.
69. Le temo a los insectos.
70. Escribo mejor cuando estoy triste.
71. Tomo poca agua.
72. Nunca he estado interna en un hospital.
73. Me conmueve mucho la canción “This point in my life”, de Tracy Chapman.
74. Cuando veo a un hombre caminando de la mano con un niño, no puedo evitar el sonreir y sentir un no sé qué.
75. Me gustaria una boda en la playa.
76. Me encanta el olor de la Gardenia. Esa flor también me acuerda a mi abuela materna.
77. Siempre se me olvida algo al empacar mis maletas.
78. Me gusta ver la nieve caer.
79. No me gustan las luces fluorescentes.
80. Siempre guardo las cartas y tarjetas que recibo.
81. Me gusta que me susurren palabras bonitas en el oído.
82. Disfruto mucho del vino.
83. Me gusta todo lo que contenga piña y coco.
84. Le temo al futuro.
85.Visito demasiado el pasado.
86. Mis heridas tardan mucho en curar (las del corazón).
87. Olvido; me encanta esa palabra.
88.Casi siempre cargo mi cámara conmigo.
89. Soy feliz con apagar las luces de mi apartamento, encender las velas, tirarme en el sofá y escuchar mi cd con el sonido del mar o de la lluvia.
90. Me gusta el color de las hojas durante el otoño en Nueva York.
91. De Serrat, una de mis canciones preferidas es “Poema de Amor”. Quizás sea por lo de la imagen del sol sobre la arena y el poema que nace de entre dos cuerpos.
92. Me entristece pensar en la situación económica de la Rep. Dom.
93. Admiro la cultura India.
94. El viajar en avión de noche es más emocionante que de día. De noche, las nubes son espectaculares y me hacen suspirar.
95. Nunca he sentido las cosquillas que sentí cuando llegué a Paris.
96. Me encantan los plenilunios.
97. Detesto las mentiras. Prefiero la verdad, asi me haga llorar.
98. Me gusta caminar de la mano con alguien especial.
99. Mis ojos son marrones y se aclaran en el sol.
100. Me fascinan las papas fritas.
101. El plato domincano que más me gusta es el moro de guandules con chuletas.
102. Siempre fui una romántica empedernida; aunque creo que la vida y mis experiencias poco a poco me van insensibilizando.
103. Me estremezco cada vez que escucho “Nothing Compares 2U” de Sinead O’Conner.
104. Apoyo el aborto; pero también creo en la responsabilidad en torno al sexo.
105. Creo en la familia.
106. Una vez, durante un año, usé lentes de contactos verdes.
107. Cuando llegué a NY, quise hacerme un tatuaje. Por suerte nunca encontré el diseño que buscaba.
108. Prefiero la plata al oro.
109. Nunca asistí a una fiesta durante el bachillerato.
110. No creo en la confesión sacerdotal. Tampoco en el sacerdocio.
111. Nunca pude aprender el credo. Apenas recuerdo el padre nuestro.
112. No lloré cuando murió mi abuela paterna.
113. No soy buena en la cocina.
114. Siempre he querido poseer un chimpancé.
115. Tengo que aprender a ahorrar.
116. No soporto el cigarrillo.
117. Me encanta la gente sencilla.
118. El cumpleaño en que más me diverti fue el 21.
119. Mis padres y mis hermanos son las personas que más amo en el mundo.
120. Dudo que pueda volver a vivir en Santiago.
121. Admiro al Ché, su valentia y la firmeza de sus ideales.
122. Admiro al hombre/mujer que antepone la felicidad de otro ante la suya.
123. Algunas cosas aún me hacen sonrojar.
124. En el apagón del 2003, en NY, me tomó tres horas caminar del trabajo a mi casa.
125. Prefiero leer en español que en inglés.
126. No estoy en paz conmigo misma.
127. Muchas veces tiendo a conformarme con menos.
128. Me emociono al ver las primeras flores de la primavera.
129. Prefiero callar y escuchar en vez de dar mi opinión.
130. Me creo afortunada, apesar de todo.

domingo, 14 de agosto de 2005

Domingo de lluvia

Apagué la tele y el aire acondicionado para poder oir los truenos. Abri las ventanas para escuchar las hojas meciéndose con el viento humedo y el sonido de la llovia al caer sobre ellas. Cerré los ojos para oler la lluvia; su olor me embriagaba y queria salir a mojarme. Las calles estaban silentes, salvo las alarmas de los carros que de vez en cuando se disparaban por la fuerza de los relámpagos. Rara vez puedo apreciar en silencio el sonido de la lluvia. En esta cuidad siempre hay algo que interrumpe y no me permite conectarme con lo naturaleza. Pero hoy, domingo, en la soledad de mi apartamento, me senti viva; feliz de poder apreciar la lluvia através de cada uno de mis sentidos. Desde mi ventana, mirando el gris de los techos, el rojo de los ladrillos y el verde de los árboles, no pude evitar una sonrisa al pensar en lo dulce que puede ser la soledad y el silencio durante un domingo de lluvia. (Foto tomada desde mi ventana)

viernes, 12 de agosto de 2005

Beso en Times Square

Este domingo celebrarán, en Times Square, el sesenta aniversario del VJ Day (dia de la victoria sobre Japón en la Segunda Guerra Mundial). Conmemorarán la famosa fotografia tomada por Alfred Eisenstaedten en 1945 para la revista LIFE. El artista Seward Johnson, con motivo de la celebración, realizó una escultura del beso entre el marinero y la enfermera (quienes estarán presentes en esta celebración).

Inmediatamente supe de la escultura, tuve que ir a verla y tomarle una foto. ¿Qué hay en un beso que me causa tanta fascinación ? Esta noche, mientras miraba la foto, recordé aquel poema de Neruda que dice: "Amo el amor de los marineros que besan y se van...". Precisamente, la señora de la foto, Edith Cullen Shain, cuenta como ese dia todo el mundo besaba y abrazaba a la persona que tenia a su lado. Ella nunca le preguntó su nombre y le permitió besarla porque el habia luchado en la guerra y, al igual que él, ella estaba feliz.


Aqui un extracto del poema de Neruda, Farewell:

Amo el amor de los marineros
que besan y se van.
Dejan una promesa.
No vuelven nunca más.
En cada puerto una mujer espera:
los marineros besan y se van.
Una noche se acuestan con la muerte
en el lecho del mar.


Foto tomada por Joanne.

Grabaciones de Sept. 11

Esta mañana me enteré de que la cuidad de Nueva York va a publicar varias grabaciones de personas que estuvieron presentes y asistieron a las victimas de la tragedia del 11 de Septiembre del 2001. No comprendo la necesidad de que estas grabaciones salgan a la luz. No lo entiendo. Para qué revivir tanto sufrimiento? Para qué mortificar a muchos con los gritos y sollozos de aquellos que sobrevivieron mientras los suyos quedaron enterrado bajo escombros? Quizás no comprenda porque, afortunadamente, no tuve familiares, amigos o conocidos en el World Trade Center. Aún asi, no quisiera volver a recordar las imágenes de ese dia, mucho menos escuchar el terror y llanto de aquellos que no pudieron salir a tiempo. Es demasiado terrible y doloroso. De acuerdo a un articulo del New York Times, muchas personas esperan ansiosamente estas cintas. Espero que ellos encuentren en estas grabaciones las respuestas que anhelan; o que por lo menos, encuentren en ellas algún tipo de sosiego.

lunes, 8 de agosto de 2005

Papá Felix y yo

Fue inevitable no pensar en mi abuelo al escuchar anoche la noticia de la muerte del señor Peter Jennings. Jennings, el reportero del canal ABC por más de veinte años, murió debido a un cáncer en los pulmones. Mi abuelo tuvo el mismo destino. Ambos, ex-fumadores excesivos, fueron preso de una enfermedad que, al descubrirse, acabó con su vida tres meses después.

Puedo imaginarme el dolor y la sorpresa de la familia de un reportero que, hasta hace poco, aparentemente se encontraba en buen estado de salud. Recuerdo la última vez que vi a mi abuelo de pie. Fue un sábado en la mañana cuando, antes de irse al aeropuerto, pasó por mi casa a despedirse de mi familia. Viajaba a Nueva York a visitar a sus hijos. Hasta entonces, los únicos malestares que había tenido no pasaban de ser achaques comunes de la edad y alguna que otra gripe. Apenas llegó a los Estados Unidos cayó en cama debido a un terrible resfriado. Fue a parar en el hospital donde le informaron de su neumonía. Después de varios exámenes, los médicos nos confirmaron lo inesperado: mi abuelo tenía un cáncer avanzado en los pulmones y le quedaban tres meses de vida. Asi mismo fue.

Antes de mi abuelo, la única muerte cercana que habia presenciado o vivido fue la de su esposa, mi abuela materna. Nunca imaginé que la partida de mi abuelo me causaría tanto dolor, incluso, más que mi abuela quien siempre fue más cálida y cariñosa, tanto con su familia como con sus amigos cercanos. Mi abuelo era distante y de poco hablar. Algunos lo creían tan frío como sus ojos azules que solían perderse por horas en los periódicos que le llevábamos religiosamente cada domingo. Apenas nos saludaba con un pequeño abrazo y se sentaba en su mecedora, lejos de todos, a leer en silencio. A la hora de almorzar se paraba a buscar los guineos que había escondido en algún rincón de la casa el día anterior. Así demostraba él su cariño, con el casabe o las frutas que guardaba para sus nietos, lejos de la vista de cualquier visita que de repente se antojara de ello; y es que, en su casa las puertas siempre estuvieron abiertas y por lo tanto, su casa nunca estuvo sola.

Luego del almuerzo el terminaba de leer el periódico mientras tomaba el café que yo le había preparado. El café era lo que yo aportaba para almuerzo ya que había quien se encargaba de cocinar y lavar los platos. Mi abuelo era muy quisquilloso para sus cosas (quizás es a el que me parezco en mis manías) ya que sólo tomaba café en un jarro de aluminio –y Dios libre que algo le pasara a ese jarrito ya que debía ser el mismo- si no, rechazaba el café o se lo tomaba de mal gusto.

En la tarde, cuando el sol caribe bajaba un poco, yo iba al colmado (o pulpería como le decían en el campo) a comprar unos cacaítos (chocolates dominicanos envueltos en papel de distintos colores). Nunca se me olvidaba comprarlos y, aunque mi abuelo nunca dijo nada y tampoco los pedía, siempre procuré regalárselos porque sabía cuánto le gustaban. El los escondía en el bolsillo de su camisa para comérselo más tarde, lejos de la vista de todos. Sólo lo compartía con algún niño pequeño de su agrado; y es que le encantaba jugar con los niños y hacerle maldades.

Una tarde, despues de pasarse casi tres meses en cama, el se sentó y pudo hablar con quienes estaban presentes en su habitación (entre ellos, yo). No hablé con él, sólo lo miraba y quizás por eso no recuerde quienes estuvieron presentes en ese momento. En ese entonces el estaba comiendo muy poco puesto que su cáncer no le permitía tragar mucho. Quería darle el chocolate que traía en la mano y sin importar que me lo prohibieran, se lo puse en la mano. Para la sorpresa de todos, al verlos, él inmediatamente le quitó la envoltura y se lo comió. Nadie sabe la satisfacción que fue para mi el que mi abuelo se comiera ese chocolate. Al igual que él, yo no era muy afectuosa y me costaba mucho el mostrar mis sentimientos.

Al cabo de unos días, mi abuelo jamás volvio a hablar o pararse de la cama. Todos esperábamos lo inevitable. No sé si nos escuchaba o nos veía. Sufría mucho, lo sé. Mi madre y sus hermanas se turnaban para dormir con él. A mi también me tocó una noche. Recuerdo que dormí a sus pies, si es que acaso dormí. Su cuerpo ya no se parecía al de mi abuelo; envejeció seguido, al igual que su rostro donde los huesos se habían pronunciado y las pupilas se habían dormido.

De su muerte sólo recuerdo un grito. Un grito repentino que interrumpió la conversación de aquellos que estabamos en la terraza. Quise ir donde él pero habían cerrado la puerta de su habitación. Cuando al fin lo vi, ya tenía puesta su camisa blanca y pantalones negros. Su rostro exaltaba tranquilidad y sus manos... sus manos estaban frías, ajenas a todo recuerdo que de él tenía. Por mucho tiempo las tuve entre las mías, como queriendo decirle, a través de ellas, todo aquello que quedó sin decirse.

Creo que en vida nunca lo tomé de las manos. Nunca le dije cuánto lo amaba. Nunca le conté de mis cosas. Nunca le pregunté de las suyas. Nuestra relación era silenciosa pero siempre sentí que entre nosotros había algún entendimiento, algún secreto que guardabamos de los demás. Quizás fue placer del silencio y la soledad; o talvez algo tan simple como el amor por el chocolate.


Nota: En la foto, mi abuelo, primito y yo (yo tenía algunos 14 años, mas o menos).

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Mis respetos a la familia Jennings.

sábado, 6 de agosto de 2005

Angustia

Navega por mis visceras
alimentando poco a poco
mis ansias de ser polvo
de ser tierra seca
donde muera su ancla

jueves, 4 de agosto de 2005

Pesimismo?

Será que me estoy convirtiendo en pesimista o, talvez, cínica?

Mi compañera de trabajo está obsesionada con la noticia que actualmente invade los medios de comunicación: el artículo de la revista Vanity Fair sobre Jennifer Aniston y el dolor que le ha causado su divorcio. A mi amiga le falta poco para ponerse a dar gritos por ella.

En otros tiempos yo haría lo mismo, pero no sé que me sucede ya que lo único que logro decirle es, "bueno, asi es la vida y el mundo, qué se le va hacer". Será que me estoy acostumbrando a lo trivial y común que se ha convertido el divorcio? Será que me he contagiado de los noticieros y periódicos con las constantes malas noticias? Será que la cuidad, sin darme cuenta, va consummiendo mi sensibilidad?

miércoles, 3 de agosto de 2005

Conciencia o Corazón?

Marqué tres veces su número y no contestó. Quise darle el beneficio de la duda pero no pude. Acaso se lo merecía? Es cierto que ha intentado restablecer la confianza que existía entre ambos, compensando sus actos con su presencia constante, con abrir su corazón y asegurarse de que yo vea la sinceridad de su arrepentimiento y dolor. Sin embargo, eso de nada ha valido para borrar la herida que, apesar de haber cerrado, ha dejado una huella imborrable.

He tratado de aceptar la realidad, de convencerme de que lo que pasó, pasó y hay que seguir hacia delante (es lo que siempre digo a los demás en situaciones similares pero, qué inútiles resultan esas palabras tan frias).

“Hay que darle oportunidad a la gente”, dijo una amiga. Esas palabras se parecen a algún texto biblico que leí en otros tiempos. Pero, aunque no pretendo pasar por católica o cristiana, reconozco que él también es un ser humano y que, como tal, no es perfecto. Quizás no piense igual a mi, quizás sus valores o moral no sea igual a la mía y talvez no sepa amar de la manera en que yo amo; mas, no por eso es menos humano que yo.

Otra amiga diria, “Pero, y tu dignidad y amor propio”? Lo más seguro es que baje la mirada y calle ante ella. Pero, ¿de qué me sirve el amor propio cuando el corazón no sabe de rencores y extraña su compañia? ¿De qué me sirve la dignidad cuando en las noches el corazón llora y se va tornando pequeño, oprimido por la tristeza y soledad? Claro, la conciencia siempre corre a salvarlo. Lo sacude de su estado depresivo y lo somete a una extensa terapia de feminismo y superación personal. Mi conciencia quiere perdonarlo y dejarlo al olvido mientras que mi corazón quiere hacerese el ciego y creer a Corintios cuando dice que el amor lo puede todo.

No sé a cual de los dos terminaré escuchando. Ojalá hubiera alguna mediación entre ambos, algún camino compartido. Aunque el pasado no tiene remedio, el futuro puede moldearse, acomodarse a nuestras necesidades y pasiones (claro, sólo hasta donde el destino esté de acuerdo). Si tan solo el tomar decisiones fuera más fácil; si tan sólo el forjar caminos fuese asunto de seguir el horizonte y ya. Pero todo camino nuevo es desconocido y asi como podremos encontrarle salida al laberinto, también es posible que nos perdamos en un bosque o terminemos en el desierto.

Quizás pueda perdonarlo y forjar con él un nuevo camino. Quizás pueda perdonarlo y forjar, sin él, un nuevo camino. En fin, nada es garantizado; especialmente en un mundo frívolo, donde la esperanza se torna cada dia más lejana y el amor se va fundiendo con la comodidad.