viernes, 14 de noviembre de 2008

Bokeh

Distorsionar
retroceder
repetir hasta hacer de lo específico
un todo
como bajar el telón
y enfocar sobre ella la luz
hacer de su mirada el eje
eliminar todo cuanto pueda dañar
o cambiar en algún modo
el halo de su cuerpo
límpido
perfecto
sin filtros
(u obstrucciones).

lunes, 3 de noviembre de 2008

Rosa íntima

Rosa íntima. Así se titula el tercer poemario de la escritora dominicana Rosa Silverio, el cual fue puesto a circular durante la Feria del Libro de Santo Domingo el pasado abril. El título, que también lo es del último poema del libro, alude al ambiente y sentir de los poemas. A través de estos poemas uno se imagina estar en el universo de Rosa, en la intimidad de su casa, sus cosas y sus pensamientos. Es como si ellos invitaran a tomar una tasita de café y, una vez se acepta entrar, ya no se puede salir sin querer conocer y leer cada uno de ellos. Rosa nos presenta una serie de historias, lugares y momentos comunes a muchos pero con una forma de expresión muy particular y de una contagiosa sensibilidad.

El poemario inicia con un poema que juega a ser de otra, de Silvia, o más bien de La mujer dormida, la cual recorre el mundo "con los ojos abiertos pero dormida", como quien ignora su realidad para creer que vive una vida ajena. A éste le sigue Mi tristeza, poema con el cual Rosa ganó el premio Nosside de Italia en el año 2005. Se podría decir que este explica, a su modo, la tristeza que envuelve la mayoría de los poemas a seguir: "Hay en mí una predisposición natural/ una involuntaria placidez ante esta forma de estar/ que nadie comprende". Entre la autora y la tristeza hay una relación de amor y odio, una constante lucha y entrega.

Esta tristeza también es a veces forjada por la necesidad o la idea de que no hay otro modo de llegar a la felicidad sino mediante la aflicción. En el poema Dime vemos la negación, la autoimposición de vivir entre sombras, con la angustia de saber donde se encuentra la luz pero con temor a perseguirla ("La felicidad que aún me resisto a descubrir"). En este poema también hay algo de Silvia, la mujer misteriosa detrás de la cual se esconde la escritora cuando afirma el miedo de saberse "descubierta y vulnerable/ ante la terrible inmisericordia de los hombres". Existe una búsqueda interior, un afán por conquistar sus miedos, por liberarse de sí.

La solución a esta búsqueda ha de encontrarse en la poesía ya que constituye el eje sobre el cual gira el mundo de Rosa. En Tarde, ella nos cuenta:

"Puede que no haya tiempo
para todas esas cosas,
pero estoy segura de que hay un momento,
una hora inalienable e irreductible,
para sentarme bajo el árbol
y escribir tranquilamente mi poema
."

No importa "el paraguas y aguacero", cuan tarde sea para "volverse tormenta o sombra". Lo esencial es siempre regresar al poema, a las palabras, porque es a través de éstas que Rosa se ve a sí misma y permite que los demás se acerquen a ella.

El poema Sentirse solo es uno de los más conmovedores del poemario. En él se describe a la soledad como algo que va más allá de sí: soledad es muerte, silencio, carencia, pérdida y ausencia. Aquí reaparece el ser que se esconde, esta vez no por sus temores sino por el inevitable vacío que en ocasiones resulta invisible ante otros ojos:

"Es una ausencia de barcos, de peces,
un naufragio, una caída, un ala rota,
una piedra que no habla
y le hace creer a todos que no siente,
pero dentro de ella...
ay, dentro de ella el llanto y la espuma,
murciélagos nocturnos,
alma de tigre y espanto,
blancura y cascada,
suave palpitación de la carne,
temblor secreto que estremece su interior.
Estar solo es más triste que estar solo
."

Es imposible no detenerse en cada verso y pensar en esa soledad que a todo el mundo azota en algún momento; pensar en la soledad como la más terrible tristeza porque como bien dice Rosa, "sentirse solo no es carecer de compañía", es mucho más que la sensación y conciencia de ese estado solitario, es rendirse ante él y dejar de ser porque no se sabe otra forma de subsistir.

Hay, además, situaciones en que las mismas circunstancias obligan a vivir aislados y completamente desconectados de nuestro alrededor. El poema Nada es más triste nos presenta a una mujer que se siente extranjera en una urbe donde nada le pertenece, donde nadie la espera y ella misma no sabe qué esperar de la cuidad. Así como en el poema El parque, la cuidad ahonda el dolor que causa la lejanía, la no pertenencia, la soledad reflejada en cada cosa, ya sea un banco, la risa de los niños, los perros o el viento.

Sin embargo, hay momentos en que la autora logra evadir la soledad al hacer uso de las cosas cotidianas que le rodean. En el poema Costura encontramos a una mujer cuyo mundo se encuentra incompleto y decide reconstruirlo a partir de un hilo y aguja. Se siente extraña en su propia casa, nada es suyo en ese hogar que parece ensancharse mientras ella espera, no sólo al marido sino a aquello que ha de enmendar lo roto, su interior.

El tiempo -o quizás mas bien el temor a él- constituye otro elemento del poemario. En La espera nos encontramos con una mujer madura para quien el paso del tiempo constituye la muerte y, aunque no le teme, se encuentra insegura, ansiosa por no saber si está lista, si ha esperado lo suficiente o no. Lo contrario sucede en Miedo, donde vemos a una mujer que ante el espejo cuestiona el tiempo, pero desde el punto de vista de una joven que se rehúsa a los cambios físicos que le ocurren y a las consecuencias que éstos conllevan. El paso del tiempo implica inseguridad del presente, del mañana que a la vez depende de él. Igual existe un diálogo entre éste poema y Pasado, el cual podríamos decir que es la continuación del anterior. En este último ya no cuestiona el futuro sino que teme a lo que ha hecho de sí misma, la manera en que ha manejado su tiempo. Ella cuestiona el pasado a partir de su presente.

Al llegar al final del poemario nos encontramos con dos poemas algo distintos a los anteriores. Resurrección surge como un soplo de aire fresco, como si al final de la búsqueda la autora encontrara aquello que buscaba. Han concluido las renuncias y la mujer acepta su ser a pesar de admitir que no es la misma, que incluso tal vez sea otra. Pero todo esto pasa a un segundo plano ya que al final, en Rosa íntima, ella encuentra su verdad y mediante ella se libera.

Rosa íntima es, en esencia, una mirada a la interioridad de Rosa, un acercamiento a sus inquietudes, miedos y percepción de lo que le rodea. Aunque a veces escriba desde un ‘yo’ y en otras ocasiones a partir de una cortina u otros ojos, al final siempre es ella, la que se define a través de la poesía e igual se deja sentir mediante ella.
-----------------------------
Sobre la autora:
Rosa Silverio nació en la ciudad de Santiago de los Caballeros, República Dominicana. Periodista y escritora. Coordinó por varios años el Taller Literario Tinta Fresca. Fue premiada por sus cuentos para niños “El ave que no podía volar” y “Niki”. Obtuvo el primer lugar en el concurso “Terminemos el Cuento”, patrocinado por Listín Diario y Unión Latina. Fue reconocida en el concurso Colorín Colorado por su cuento “La caja donde Alicia guarda sus secretos”.

En 2002 recibió un premio en el concurso de cuentos que organiza Radio Santa María por el relato “La mueca”, y en 2003 ganó el primer lugar en el Concurso de Cuentos, Poesía y Ensayo que organiza la Alianza Cibaeña, con el texto “La canción rota”. Ha publicado los poemarios: De vuelta a casa (2002), Desnuda (2005) y Rosa íntima (2008).

En 2005 fue reconocida como la Vencedora Absoluta del XXI Premio Internacional Nosside que organiza el Centro de Estudios Bosio en Reggio Calabria (Italia). Sus cuentos y poemas figuran varias antologías y han sido publicados por revistas y suplementos culturales de diversos países. Su obra ha sido traducida a varios idiomas.

Más información sobre la autora y sus publicaciones en http://www.rosasilverio.com/.