Esta tarde estuve organizando mi escritorio y mis archivos. De todo quedó muy poco. Tiré a la basura gran parte de documentos viejos, cosas que ya no recordaba poseer, papeles y estados de cuenta que había guardado para un por si acaso. Hace dos semanas me mudé a un nuevo apartamento, digo, nos mudamos (aun me cuesta el decir nosotros) y con la finalidad de acumular menos, poco a poco he ido saliendo de cosas que, si estuviese sola, seguramente guardaría unos años más, no por alguna razón específica sino por una simple costumbre que me ha acompañado desde siempre.
Hace unos días encontré entre mis cosas un pequeño peluche que me había regalado un “amigo” hace quizás diez años. Lo arrojé sin pensarlo dos veces, así como tiré al zafacón cosas que no utilizo y que sé terminaré olvidando. Poco a poco voy renunciando a ese hábito que me ha llenado el apartamento de cajas. ¿Será que ahora mi vida no tiene cabida para aquello que no esté relacionado con mi presente y futuro? ¿Acaso tengo que despojarme de mi pasado para dar paso a esta, mi nueva vida? Hay partes de uno que deben quedar atrás al comenzar a compartir la vida con alguien, hay espacios que deben sacrificarse, nuevos horarios que establecer así como aprender a aceptar las diferencias no solo en el modo de pensar y actuar, sino también en lo cotidiano, como la manera en que el otro lava los platos.
Y en estos días, mientras me acomodo a esta vida compartida, mi único deseo en este afán de ser es seguir siendo, de alguna manera, la misma; no perderme entre aquellas cosas que tarde o temprano van a parar al olvido.
Hace unos días encontré entre mis cosas un pequeño peluche que me había regalado un “amigo” hace quizás diez años. Lo arrojé sin pensarlo dos veces, así como tiré al zafacón cosas que no utilizo y que sé terminaré olvidando. Poco a poco voy renunciando a ese hábito que me ha llenado el apartamento de cajas. ¿Será que ahora mi vida no tiene cabida para aquello que no esté relacionado con mi presente y futuro? ¿Acaso tengo que despojarme de mi pasado para dar paso a esta, mi nueva vida? Hay partes de uno que deben quedar atrás al comenzar a compartir la vida con alguien, hay espacios que deben sacrificarse, nuevos horarios que establecer así como aprender a aceptar las diferencias no solo en el modo de pensar y actuar, sino también en lo cotidiano, como la manera en que el otro lava los platos.
Y en estos días, mientras me acomodo a esta vida compartida, mi único deseo en este afán de ser es seguir siendo, de alguna manera, la misma; no perderme entre aquellas cosas que tarde o temprano van a parar al olvido.
Hola Joanne,
ResponderEliminarTu veras que chula es la vida de casados, pero como dices, hay que sacrificar tantas cosas!!, hasta para uno leer recostado en la camita es un pro, porque tu no sabes si Ariel quiera ver TV, o dormir y la luz le moleste, en fin, muchas cosas cambian, pero asi como cambian quizas para mal hacia uno (por lo de acostumbrarse), asi vienen cosas buenas que se agregan, pero bueno; es bien nice vivir en pareja, ya lo veras, y uno como que se acostumbra rapido (algo importante)... espero visitarte pronto para conocer tu nuevo hogar, Dios los bendiga por siempre! TQM, Luisa.
PD: Ah! y preparate a ver cosas regadas por todos lados!! jaja
CUIDALO
ResponderEliminarBESOS
Estoy pensando en dar ese gran paso..
ResponderEliminarYa te leere a menudo para saber como vas!!
Aunke te digo la verdad?? Le tengo un chin de fobia!!
Un saludo
La vida en pareja muchas veces se transforma en rutinaria, pero es ahí donde debemos ponerle creatividad, darse los espacios suficientes para no asfixiarse, no pueden convertirse en uno, son dos remando hacia la felicidad con aportes distintos y únicos, felicidades en esta nueva vida que emprendes, desde el sur de Chile...
ResponderEliminarBlog:Mis cuentos, fotos, recuerdos