miércoles, 9 de julio de 2008

De silencios, miedos y distracciones

La próxima semana este blog cumplirá cuatro años en la red; de esto me acordé mientras demoraba en terminar un ejercicio de la universidad que no he entregado a tiempo por lo mismo, porque siempre encuentro una forma de distraerme. Cuatro años y sin embargo siento que durante los dos últimos el blog ha sido tan sólo un espacio más en la red, una página que de vez en cuando grita como para no ser completamente olvidada. ¿A qué se debe la ausencia, la carencia de palabras, ideas y, más triste aún, de poesía?

Tal vez resulte más fácil culpar a mi pareja, decir que al dejar de ser soltera el blog ya no me sirve como paño de lágrimas; que quedé sin material luego de que la soledad partiera; que dije adiós para darle bienvenida a una nueva Joanne, una menos sola pero mediocre.

No negaré que la simpleza a la que se ha reducido mi vida tenga algo que ver porque nada mejor que un melodrama para que mis dedos corran sobre el teclado aprovechando cada grito y desvelo, para abonar la tierra que ha de producir nuevos textos. Dos años en que no logro escribir nada, con writer’s block como le dicen por acá. Lo mismo ha provocado dudas sobre mi capacidad de crear, me ha hecho cuestionar una y otra vez si puedo escribir algo que no sea producto de mis tristezas e inconformidades. Hubo un tiempo en que era posible pero entonces mi perspectiva del mundo era otro. Todo cambia, como dice Sosa.

Mi esposo se queja de que nunca le escribo nada, de que soy incapaz de escribir un verso donde haya, por lo menos, una posibilidad para la alegría. Aunque en el fondo reconozco mi deficiencia debo admitir que sin querer yo misma he ido cerrando las puertas a todo el mundo exterior; este último año mis frustraciones con los cambios en mi vida personal y el invariable tedio de mi vida profesional me han convertido en ermitaña, en una mujer llena de miedos que ha adoptado la oscuridad como una forma de existencia, como si sólo estuviera a salvo detrás de una cortina, en silencio.

Si bien mis miedos me han callado, no es menos cierto que los cambios -y no para justificar- han provocado un desequilibrio, es decir, antes podía dirigir mi cuerpo, mi pensamiento y mis escritos hacia donde mi corazón y mis pies los quisieran llevar porque solo existía YO. Y por mas egocéntrico que suene, la realidad es que cuando se vive solo, o mejor dicho, cuando no hay que tomar en cuenta un “otro” para cosas tan simples como ir al supermercado, no importa que el refrigerador sólo almacene leche, pan y queso ya que eso te sustenta. Lo mismo pasa al escribir, no importa que escribas de tu soledad o el tedio del día a día porque a fin de cuentas es TU día. Una segunda persona no sólo implica una división de ese día y espacio que tanto celas sino también alguien a quien debes considerar a la hora de escribir. No puedes ser completamente sincera sobre ciertas situaciones y pensamientos porque siempre habrá preguntas e interpretaciones equívocas de cosas que no quieres compartir o de lo cual quieres evitar hablar.

Ahí una parte de mis miedos: preguntas que no quiero responder, palabras que me niego a explicar.

Y es aquí, luego de tanto divagar, a donde quiero llegar (si es que esto tiene fin alguno): quiero y necesito volver a ser; encontrar la forma de sacudir mi dejadez y mis miedos y ser libre, como alguna vez fui, sacudir a ese YO del fondo del baúl y soplarle vida nueva, reencontrar la alegría en la escritura y en la mujer que soy hoy día.

5 comentarios:

  1. ...y yo disfruto tu blog porque yo veo mucha sinceridad, mucha franqueza, de esa misma que nos muestra vulnerables y así mismo tan humanos...y me identifico con sus miedos aunque no son los míos, porque los hay de tantas formas y colores pero con la misma capacidad para descalificarnos, si no nos cuidamos, si no nos amamos, si no nos fijamos bien donde ponemos el pie...recomiendo un consejo ya probado: el estado de alerta :O

    profundamente identificada contigo Joanne...

    Abrazo grande!

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  2. Querida J:

    Tu espacio no ha sido nunca uno más en la red. Me parece que eres auténtica, de modo que si estás triste o atrapada por la rutina, lo transparentas en tus letras. De un tiempo a esta parte, se suma que te has casado, y no te sobra el tiempo, y la oficina no te gusta, y bueno, eres una mujer normal, con sus altos y sus bajos.

    No te castigues, por favor.

    Por cuatro años más!

    Un abrazo

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  3. Se me olvido que te dije no leeria tu blog, pero me alegra que estes escribiendo tus lamentos de nuevo, y aunque no escribas nada de tu felicidad con tu esposo, no tienes que hacerlo, si te inspira la melancolia pues escribe melancolia, tu esposo sabe que lo amas , lo sabe cada vez que lo abrazas, cada vez que lo miras, y cada vez le brindas una sonrisa.

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  4. Hola:
    Soy amiga de Rosa Silverio, y también escribo.
    Recién llegué a residir en la ciudad de NY, y me gustaría poder cumplirle a Rosa y contactarte.
    Mi correo es sarahvalerio@gmail.com.
    Por favor escríbeme, y así nos juntamos de vez en cuando a leernos nuestras cosas, y la musa no muere.
    Paz!

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  5. Querida Joanne:

    Hace días que quería comentar esta entrada pero no encontraba el momento adecuado para hacerlo.

    Te entiendo muy bien. Es normal que te sientas así. No eres un ser complicado ni raro, eres una persona sensitiva, con sus fortalezas y sus puntos más débiles, una persona a la que le ha tocado vivir un cambio, de repente de vivir sola por tanto tiempo has pasado a vivir acompañada y asumir ese cambio y sentirse confortable en él requiere de un proceso que algunas veces puede ser traumático o difícil.

    A mí también me costó asumir que en lugar de Yo ahora es Nosotros. Y al igual que tú me preguntaba si podía hablar de mis emociones con la misma naturalidad que lo hacía antes de estar en el Nosotros, sin que eso causara algún tipo de tristeza, duda, resquemor.

    Con el tiempo me di cuenta de que sí podía, aunque existe un algo que siempre te guardas por respeto a ese Nosotros, porque es inevitable pensar en el Nosotros cuando estás en él. Pero también con el tiempo comienzas a darte cuenta de que eso no es dejar de ser sincera, ni es aniquilar tu Yo, que es posible que el Yo conviva con el Nosotros siempre que cada uno le den el espacio al otro, siempre que el Yo entienda que hay un espacio de intimidad inviolable reservado para el Nosotros, y que el Nosotros comprenda que el Yo necesita un espacio para ser, un espacio de libertad.

    Se que te acabo de dejar una perorata un poco enredada pero creo que me entenderás.

    Amiga, mucho ánimo. Yo sé que el bloqueo cederá e imagino que ahora encontrarás nuevos temas, nuevas cosas de las que hablar y escribir, porque siempre hay algo de lo que escribir, sólo tienes que relajarte y no preocuparte en exceso por eso.

    Recuerda que este blog es auténtico, uno de los más sinceros que he leído, precisamente porque tú eres así, y no creo que vaya a perder esa condición sólo porque ahora estás en el Nosotros. Todo lo contrario. Sólo necesitas tomarte tu tiempo. Toma el tiempo que necesites que nosotros sabemos esperar.

    Ah, y ojalá un día encuentres otro trabajo más estimulante.

    Un abrazo grande,

    Ro

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