Soy un ser complicado, lo sé. Sin embargo no creo que sea tan difícil comprenderme; una vez dejen de considerarme una mujer normal y desistan en explicar mis cambios de humor podrán ver un poco más allá de esa mirada que tiende a tomar vuelo a deshoras, de la tristeza y silencio que a veces me envuelve por largas horas, días. No reduzcan mi silencio a una mera clasificación psiquiátrica de temperamento, las palabras no sirven de mucho cuando hay poco que decir, así como también resultan insuficientes cuando el pensamiento no se hace más que formular pregunta tras pregunta, haciendo un caos de la realidad, del hoy y el mañana. Mis emociones tienden a huir de un extremo a otro, sin poder dar yo misma con ellas cuando intento sujetarlas y convencerlas de que es necesario mantener la estabilidad para poder sobrevivir entre seres normales y simples que, según dicen, saben vivir la vida. Lamentablemente no todos nacimos para vivirla, al menos no del modo en que dictan los textos de autoayuda o las normas de Feng shui. A veces veo mejor cuando el lente está libre de filtros, ¿para qué ver el cielo más claro cuando sé que es un espejismo o cortina? La vida es lo que es, un pasaje entre un gran vacío. ¿Qué soy pesimista? Tal vez. Pero, ¿qué hacer si las pequeñas cosas que me llenan son las mismas que me aíslan de los demás? ¿Acaso debo llevar un antifaz para evitar ser interrogada y encasillada? ¿Cómo esconder mis complejidades si ellas han forjado la mujer que soy, las imperfecciones que me distinguen y el hueco que llevo en el pecho? ¿Cómo dejar de ser si lo que soy es todo cuanto conozco?
Callar, no decir más. Quizás sea más fácil para mí y los que amo.
Amiga, eso mismo que te han dicho a ti me lo han dicho a mí, eso de que porqué me complico tanto si las cosas son tan sencillas, que porqué no puedo ser normal y simple, que porqué no puedo vivir la vida sencillamente, y disfrutarla.
ResponderEliminarNo todos vemos la vida de una forma chata. Los seres humanos no son blanco y negro. Cada quien tiene sus matices, sus registros particulares y tú tienes los tuyos. Tienes tus singularidades, tus excentricidades, y la gente que te ama debe amarte con eso, por eso y a pesar de eso.
No siempre las comprenderán, pero si te aman las tolerarán, las aceptarán, porque eso también eres tú, y nadie es un ser perfecto, nadie es como el otro quisiera que sea, todos tenemos nuestros extrañezas, sólo que quienes las manifiestan a través del aislamiento o la tristeza suelen ser más encasillados que quienes la manifiestan a través de una fase maníaca, hiperalegre, alocada, o furiosa y agresiva.
No eres un bicho raro, ni nada que se le parezca. Eres una mujer con sus peculiaridades, y eso es lo que te hace ser Joanne, eso es lo que hace que no te parezca a María o a Juana.
Preguntas en la entrada: "¿qué hacer si las pequeñas cosas que me llenan son las mismas que me aíslan de los demás?"
Para eso no tengo respuesta, sólo te digo que no debes sacrificar todo lo que eres sólo para no sentirte aislada de los demás, porque entonces perderás aquello que te hace feliz.
Intenta encontrar una fórmula que te funcione y sigue haciendo esa clase de preguntas porque es saludable que te cuestiones, que hables, que te escudriñes. Eso es lo que te hace más inteligente del promedio.
Abrazos miles, querida Joanne.
Gracias Ro por comprenderme. A veces es dificil que los demás lo hagan cuando uno no encuentra la forma de explicar porqué se es como es. Afortunadamente la gente que en realidad me quiere acepta mis faltas o mejor dicho, las cosas que me distinguen pero a veces complico tanto las cosas que el otro no me entiende.
ResponderEliminarPero bueno, como dices, cada quien tiene sus matices y no todos vemos las cosas del mismo color. Lo bueno es que cuento con amigos como tú que logran verme aun en la oscuridad.
Desde aqui un abrazo. Recuerda que se te quiere muchísimo.
;)
Desd la otra orilla de mi atico, te comprendo auno a la lisa compliadas y medio locas eso es mio ya jaja)
ResponderEliminarun abrazo