"Hoy puede ser un buen día, plantéatelo así", dice
Serrat. Sin embargo, hay días en que por más que uno se lo proponga, no hay forma de sacudir el desazón que llevamos dentro. Amanecí con un dolor
de cabeza que insistía en perturbarme a pesar de tomar pastillas varias veces.
Las niñas me despertaron a las 5:15, 6:15 y 7:15 AM, como si tuvieran relojes
internos que en algún momento se pusieran de acuerdo. En la tercera me di por
vencida y me tiré al sofá para no dejar sola a Lucía. Miré a mi alrededor y
recordé que la casa estaba un desastre, que el barbeque del día anterior había
dejado bastante quehaceres y la verdad no tenía deseos de tan siquiera
levantarme a preparar café. Creo que cuando empiezas el día de mala manera, no
hay forma de salvarse de él. Hoy no había ánimos para mucho. Así que dejé la
casa tal cual y cuidé de las niñas lo mejor que pude. Hoy no fui buena madre y
ama de casa, pero, de más esta decir que no siempre se puede. No somos seres perfectos.
Hermoso tenerte de vuelta.
ResponderEliminarUno no siempre hace lo que uno quiere, si no lo que se puede, cuando tengo un día así intento resarcir el camino amedida que voy caminando en él, me he encontrado en dificultades, pero siempre se busca algo inesperado y que saque otra melodía en lo que llevas.
Abrazo querida amiga.
Gracias, Em.
ResponderEliminarSí, de nuevo aquí intentando regresar al blog. Lo he hecho varias veces pero siempre lo abandono. Sin embargo, esta vez lo necesito, al menos para no volverme loca con mi rutina y nuevo papel.
Algunos días son mejores que otros y trato de ser positiva, de ser pensar en mis hijas y en lo feliz que son conmigo al igual que yo con ella.
Abrazos a ti y besos a Goretti y tu hijo que por cierto, esta hermoso.
Siempre,
Joanne