La cotidianidad la arropa, la envuelve, la seduce con su abrazo dejándola ansiosa de unas sábanas, de un hueco en el cual perderse, de un disfraz que oculte su invisible llanto.
La locura asecha desde la sombra y ríe, amenaza con poseerla mientras a ella se le agotan las fuerzas y le hastía la inercia, la tortura de existir, ese morir cada día, el deambular con la sangre fría, amanecer todos los días junto al reloj, aquel que dicta cada movimiento y proceder, así como también lo aniquila.
La locura asecha desde la sombra y ríe, amenaza con poseerla mientras a ella se le agotan las fuerzas y le hastía la inercia, la tortura de existir, ese morir cada día, el deambular con la sangre fría, amanecer todos los días junto al reloj, aquel que dicta cada movimiento y proceder, así como también lo aniquila.
No dejes que la rutina se apodere de ti... es lo unico que nos detiene de crecer... pues nos deja siempre iguales.
ResponderEliminar^__^
Lindo blog!
Buena poética, como para salir de lo cotidiano :D
ResponderEliminarSaludos...
Gracias a los tres por la visita.
ResponderEliminarSaludos,
Joanne
PD: Karen, un abrazo.