domingo, 4 de junio de 2006

Desde Santiago, RD

Al fin en casa. Domingo en la mañana, en pijamas, con lentes y el cabello hecho un desastre. El aire se siente húmedo, parece que va llover. Hoy iré a la casa en que vivieron mis abuelos. En esa casa viví poco más de dos meses cuando vine a vivir a este país. Nunca pude acostumbrarme a la vida del campo. Mis hermanos no se quejaban; ellos eran felices jugando con otros niños. Por mi parte yo no soportaba su monotonía y aislamiento; era como vivir en otra parte del mundo donde sólo se hablaba español y se vivía entre gallinas, guineas y mosquitos. Extrañaba mis amigos, la tele, la escuela. No soportaba el ir y venir de la energía eléctrica; los extraños que entraban y salían de casa o se quedaban a comer; los ruidos extraños que oía en las noches tras las paredes hechas de tablas y cubiertas por hojas de zinc; el bañarme con agua de lluvia; rezar todos las noches el avemaría junto a mi abuela y una señora que desde una emisora de radio anunciaba que eran las seis de la tarde, hora de comenzar. Nunca entendí ese afán de mi abuela por repetir una y otra vez, "Dios te salve, María, llena eres de gracia; el Señor es contigo...", contando cada rezo con su rosario en mano. Hoy día me encantaría rezar una vez más con ella, no por que crea en ese tipo de cosas sino para compartir unos minutos con ella, tal vez arreglarle el pelo (como hacía en ocasiones) y preguntarme porqué ella vestía de morado y blanco. En fin, las costumbres de mis abuelos y su forma de vida fueron difíciles para mí, una niña de once años que había vivido toda su vida en Nueva York.

Ahora que lo pienso, es increíble como me acostumbré a esta isla. La llegué a amar tanto y aunque hoy día la sienta parte de mí y de quien soy, no puedo evitar sentirme una extranjera. Ayer, durante la graduación de mi hermanito (que por cierto me sorprendió al graduarse Cum Laude; estaba extática por ello) me sentía extraña, como que no pertenecía allí. La graduación tuvo lugar frente al edificio donde todos los sábados me encontraba con el grupo literario, un lugar que sentía mío por tantas sonrisas y alegrías compartidas allí; sin embargo, sentía como que lo había perdido todo, todo cuanto me ataba a esta cuidad. Sentí nostalgia y por un instante pensé en lo que hubiese sido mi vida si nunca hubiera dejado estas tierras. ¿Acaso sería más feliz? ¿Estaría casada? ¿Ejercería la abogacía? Viendo a los graduandos recibir sus diplomas me llevó al día en que yo también estaba como ellos, feliz de haber terminado la universidad, con una vida llena de posibilidades e incertidumbres frente a mí. Sentí ganas de llorar por que en ese entonces nunca imaginé que hoy, casi seis años después, me encontraría aún en el mismo lugar: tratando de encontrarme y descifrar mi destino. La diferencia es que ya no tengo 22 años ni tampoco los mismos sueños e ilusiones. En dos meses cumpliré 28 y me siento más perdida que nunca.

Pero bueno, como siempre, estoy divagando. Volviendo al campo de mis abuelos, esta tarde le haré una visita. Ya no es el mismo lugar de antes pero aún así quiero ir. Así me paso la tarde junto a mi familia.
Mañana creo que iré a la playa. Necesito tomar sol. Luego, a llamar a mis amigos y hacer planes para el resto de la semana. Cómo necesitaba unas vacaciones!

6 comentarios:

  1. Me alegra que al fin hallas tomado tus muy merecidas vacaciones, descansa y vuelve a llenarnos de versos.

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  2. Hola Karen,

    Que gusto ver una foto tuya. Al fin puedo ponerle rostro a tu nombre. Estas muy linda.

    Un abrazo,
    Joanne
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    Gracias Vitico,

    Estoy feliz de estar en casa. Trataré de disfrutar mi estadía a plenitud.

    Saludos,
    Joanne

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  3. HOla!

    Qué bueno tenerte cerca! espero verte pronto, tenemos que hacer una reunión de Tinta Fresca, ojalá y todos podamos ir.

    Besos, ya más de cerca =)

    Emmanuel.

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  4. que linda descripción familiar!! me senti en cierta manera identificado con tus ideas! Bueno que te digo disfruta el pais esta totalmente muy cambiado desde que te fuiste!! ahh y aprovecha y bebete esa tazita de cafe con tus viejos ;) Saludos!

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  5. Bienvenida República Dominicana, Joanne. Espero que podamos vernos pronto. Disfruta tus vacaciones y lamento que estos días hayan coincidido con otras cosas menos gratas. De todos modos me apetece verte así que espero que todo conspire a nuestro favor.

    Ro

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