jueves, 14 de octubre de 2010

A tomar notas


Debo comenzar a tomar notas. Esto me dijo mi esposo cuando olvidé agregar algo a la lista del supermercado. Tuve que quedarme callada y aceptar que él tenía razón. Desde hace un tiempo estoy que olvido todo y hoy día soy incapaz de multitasking. Antes podía hacer tres o cuatro cosas a la vez sin descuidar ninguna; podía hacer una lista mental sin miedo a que se me escapara algo. 

Antes culpaba el embarazo; era buena excusa porque las mujeres encinta tienden a ser olvidadizas, y no es para menos considerando su estado y todo lo que conlleva tener un bebé. Pero ya mi hija tiene siete meses y medio. No tengo excusa, sin embargo, en dos ocasiones se me ha quemado el café. Si dejo de hacer algo por un momento para atender otra cosa, termino olvidando por completo en que estaba y continúo como si nada; no se me puede interrumpir porque inmediatamente borro todo lo anterior. Mi mente corre sin cesar, repasando ideas, pendientes, sueños, frustraciones, obligaciones, y todo lo relacionado con mi hija que ocupa gran parte de mi pensar.  

Ha llegado el momento de organizar mis prioridades, hacer las cosas en un orden que me permita aprovechar al máximo el tiempo y de paso concentrarme mejor en las cosas que haga. It’s time.

martes, 12 de octubre de 2010

Quiero

Quiero llorar. Quiero sentarme en un banco a mirar el ocaso y llorar, sacar toda esta rabia, frustración,  pesar, aburrimiento… todo sentimiento negativo que llevo dentro y así tal vez sentir un poco de paz; olvidar por un momento el tedio que es a veces la vida; sentir el viento en silencio; imaginar que estoy en otro lugar, lejos de Nueva York, donde no existe el invierno, donde no tengo que ir diariamente a una oficina que desde hace mucho se me hace pesada. Quiero tomar a mi hija e irme lejos, disfrutar con ella la calidez de una playa y su arena, caminar por horas con mi cámara y retratar cada sonrisa suya…  Quiero una vida más simple; tener a mi familia cerca; respirar un aire más puro; cerrar los ojos y sonreír, no porque quiera, sino porque no puedo evitarlo.

viernes, 8 de octubre de 2010

Happiness has a name

Commuting to work today was terrible.  Such long train rides get me thinking and questioning things over and over. I start to wonder about the path my life has taken, where I am, where I’m going and where would I be if… Ah, those wonderful ifs… I started thinking about the word ‘happiness’ and a way to define it. If I  could find the way to define it, it would only take one word, a name actually: Stella. She’s the only thing that keeps me going right now and, although she’s the reason I’ve lost track of who I am and I find myself struggling with this at times, she’s also the only reason I have worth fighting for.

martes, 5 de octubre de 2010

El oficio que fue

Leyendo este poema de Goytisolo pienso en aquellos que no he escrito, en el tiempo que he guardado silencio, incapaz de plasmar todo cuanto he sentido y pensado en año y medio. Extraño las palabras; temo haberle cortado para siempre las alas.


El oficio del poeta

Contemplar las palabras
sobre el papel escritas,
medirlas, sopesar
su cuerpo en el conjunto
del poema, y después,
igual que un artesano,
separarse a mirar
cómo la luz emerge
de la sutil textura.

Así es el viejo oficio
del poeta, que comienza
en la idea, en el soplo
sobre el polvo infinito
de la memoria, sobre
la experiencia vivida,
la historia, los deseos,
las pasiones del hombre.

La materia del canto
nos lo ha ofrecido el pueblo
con su voz. Devolvamos
las palabras reunidas
a su auténtico dueño.

Jose Agustin Goytisolo

jueves, 30 de septiembre de 2010

Oh, how it hurts

It hurts to leave you each morning. I say goodbye with a smile and a funny face, trying to make sure you’re calm and content when I walk out the door. You have no idea how much I’d rather stay and not have to leave you with someone who’s just a temporary fix, someone that won’t play a part in your life, someone to who you are nothing more than a job, a means to solve her problems. It hurts to know that time is fleeting and, before I know it, we’ll be celebrating your first year while I regret the time spent away from you, the memories that never had a chance.

jueves, 16 de septiembre de 2010

Missing you

Dear Stella,

I miss you. I didn’t have a chance to spend much time with you before heading to work this morning because I was running late and you woke up a bit later than usual. I didn’t even get to feed you, Elsa did. Yesterday she told me that you missed me, that she could tell. I hope this is true. I do get the feeling that you’re starting to notice when I leave; you almost cried twice this week as I left and you cannot imagine how happy you made me yesterday when you got all excited to see me return.

I don’t know, I guess I’m having one of those days… I was sad to hear that you did not want my brothers to carry you when they stopped by today. It saddens me that you don’t know them as well as I’d like you to. It hurts to know that my family is not close enough to see you often and be a part of your life. They love you so much. I’m sure that, as you grow, you will get to realize this.

Anyway, I will see you soon, just a couple more hours left of my workday. You are the only thing that can easily make me smile. Indeed you are the light of my life, the one thing I look forward to every single day. I love you.

miércoles, 15 de septiembre de 2010

Seven months

Stella will be seven months this Sunday.  As most mothers will tell you, time is flying and my baby is growing all too quickly. She has changed my life in so many obvious ways but also in ways that I could never fully explain. I guess other mothers can relate and somehow understand.

I remember holding her tight one night (she was perhaps five or six days old), as I whispered in her ear how much I loved her and I couldn’t help shedding a tear. It is then when I realized what it was like to feel that love that you often hear about from other moms and though you think you get it, it’s not even close to what one can imagine. There are things I do because of her that I would never ever do, not even for myself. It’s the most selfless love, a natural inclination and need to protect this human being, to be it’s everything, leaving aside whatever priorities existed before it. It is as if your existence depended on this child. Yes, it should be the other way around and it is, but one’s perspective on life changes with a child, and as overwhelming and frustrating as this can be, it’s something one does not regret.

Going back to Stella’s seventh month, things haven’t changed much in her world. She can sit for a while; roll her way wherever she needs to go; turn over on her own while sleeping (which is a big deal since I feel she sleeps more deeply and comfortably); jump higher on her jumparoo; make a funny face (resembling an old lady); and, continues to babble all day long. I feel that she did not learn as many new things as last month but she is growing rapidly and is healthy, which is all that matters.

I’m yearning to hear mama again and can’t wait to see her crawl but I guess she’ll do so in her own time. For the moment, I’m trying to spend as much time with her when I get home every night, hoping that the love I give her will make up for my absence during the day.

martes, 10 de agosto de 2010

Es hora

Es hora de dejar las excusas a un lado. No puedo seguir pretendiendo que es imposible lograr las cosas que quiero, así como tampoco puedo esperar a que todo se resuelva por sí mismo o conformarme con menos para así justificar mis lamentos y limitaciones. Debo intentarlo, hacer un esfuerzo por salir de este hueco. Es cierto que mi mundo ha cambiado y ya no tengo el tiempo a mi favor pero, no puedo seguir viviendo de este modo, ansiosa por no ser tan siquiera la sombra de la mujer que fui, por no seguir con mi vida, o mejor dicho, por sentir que no tengo ninguna aparte de aquella dedicada a mi hija. Y sé que esto lo he dicho antes pero, siento que debo repetirlo a mí misma hasta obtener la voluntad y fuerzas para lograr un cambio. No puedo dejarme caer porque nadie, nadie estará para levantarme.

jueves, 6 de mayo de 2010

Porque el tiempo pasa

Hoy he estado limpiando mi clóset, sacando todo lo que ahora mismo no me sirve y que sé tampoco me servirá, aun cuando rebaje las 20 libras que tengo de más. ¿Para qué engañarme? Mi cuerpo jamás será el mismo, aunque me inscriba en un gimnasio y empiece una dieta no es verdad que podré volver a usar alguna pieza talla extra small; ni siquiera antes del embarazo podía; me había quedado con esa ropa para impulsarme a bajar de peso y volver a ser como antes. Sin embargo ahora, después de unos añitos de más, un lento metabolismo y un embarazo, me he resignado a que nunca tendré el cuerpo de hace cinco o seis años. Y si, sé que todo esto suena superficial, sin significancia alguna pero en cierta forma todo esto representa otra parte de los cambios que me toca vivir, no sólo en lo físico sino también en lo emocional. Despejar el clóset es mi manera de aceptar estos cambios, de despedirme de una parte de mi pasado al cual me he aferrado, de dejar de sentirme atiborrada y comenzar esta etapa de mi vida con nuevos bríos. Y no es que pretenda dejar de ser quien soy (esto es otro tema al que no puedo entrar porque no terminaría nunca) sino aceptar que el tiempo pasa y algunas cosas no pueden prolongarse por siempre; que tarde o temprano hay que dejar de correr, detenerse, tomar un poco de aire y mermar el paso. Quién sabe, tal vez así se aprecie mejor el camino.

jueves, 22 de abril de 2010

Poemas en revista imán(hattan)

Les invito a leer algunos poemas míos publicados en la primera edición de la revista electrónica "imán(hattan)", del programa de escritura creativa en español de NYU: http://www.nyu.edu/pubs/imanhattan/index.php.

Estos textos pertenecen a la serie de poemas que hasta ahora lleva por nombre "Prisma".

lunes, 19 de abril de 2010

Después de la pausa, una bebé

Ha pasado mucho tiempo sin publicar una entrada a este blog. Hace mucho que no escribo. Hace mucho que no hago nada realmente productivo. Estos últimos once meses he sido otra, otra que apenas reconozco y de la cual ha sido difícil alejarme. En mayo del año pasado terminaba la maestría y mi vida parecía tomar buen rumbo. Entre mis planes para aquel entonces: continuar con un proyecto de traducción; darle los últimos toquecitos a un poemario; seguir trabajando otra serie de poemas; cambiar de empleo; tomar más fotografías; en fin, la lista podría haber sido interminable, mas tuve que ponerle punto final. Me enteré de que estaba embarazada y mi mundo se detuvo. A partir de ese momento todo cambió. Aunque un posible embarazo estaba entre mis planes futuros, aquel no era el momento adecuado; sentía que antes debía concluir algunos asuntos y por ello mi reacción, en principio, no fue muy positiva. Los próximos nueve meses fueron de mucha inestabilidad emocional: prevalecía el miedo, la inseguridad, la tristeza, así como de vez en cuando se asomaba la alegría. Pero de esto hablaré en otro momento.

Ahora lo importante es que ya tengo a mi hija, saludable y preciosa. Se llama Stella Reine y hoy cumple dos meses. Por ahora estoy de licencia materna y mis días están dedicados a ella. Aunque quiero volver a mis cosas comprendo que mi vida ya no es la misma; mis prioridades han cambiado y quiero aprovechar cada segundo con ella porque pronto me tocará volver a trabajar (no quiero ni pensar en ese momento).
Stella Reine
Ya una vez en la oficina se me hará más fácil retomar algunas cosas, es sólo cuestión de organizar mi tiempo (en lo cual no soy muy buena). Quiero volver a postear continuamente en el blog, me lean o no. Aunque he pensado en muchas ocasiones olvidarme de él y hasta borrarlo, siempre he terminado por dejarlo silente, esperando con la puerta abierta hasta mi regreso. Es tiempo. Tengo que seguir escribiendo porque de lo contrario nunca estaré feliz conmigo misma. Gran parte de mi desasosiego es por ello, por abandonar las cosas que me llenan; no puedo seguirme engañando con falsos pretextos: que ni no tengo tiempo, que nada me inspira, que estoy desganada, etc. Si no lo hago por mí, por lo menos debo hacerlo por mi hija. Y es que jamás quisiera pensar en ella negativamente como un antes y después. No quiero que ella sea excusa de mis sueños estériles sino una razón para hacerlos realidad. Y tal vez esto último resulte un poco repetitivo ya que todo el que tiene un hijo/a termina diciendo lo mismo pero, es cierto: un bebé te cambia la vida lo quieras o no. Ya no simplemente se es, sino que se es por y para otro.