jueves, 12 de julio de 2007

Días dispares

Hay días – III

Hay días en que nada duele, en que sonríes sin motivo alguno, en que te da por cantar, por escuchar canciones de rock y tocar tu guitarra imaginaria; días en que quieres aceptar la invitación de la lluvia, bailar en ella y sentirte renacer con cada minuto que pasa, vivir cada segundo como si acabases de despertar de un largo sueño en el cual perdiste la memoria y sólo sabes del hoy, del ahora.

12 de julio de 2006


Hay días – IV

Hay días en que no quieres ser y sin embargo te sientes atada a una rutina que poco a poco te asfixia, a la vida que llevas a cuestas como una imposición. Días en que no quieres ser esa mujer cobarde, desganada, con temor a arriesgarse, a enfrentar los pensamiento amargos y vencerlos, a luchar contra los relojes que te persiguen y hostigan. Pero te rindes ante la luz que se escurre por tu ventana para avisarte del nuevo día que a fin de cuentas terminará siendo igual que el de ayer y el de mañana; entonces seguirás tu camino, a la misma hora y con el mismo lamento.

12 de julio de 2007

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