Prometeo en Rockefeller

El jueves, después del trabajo, fui a caminar. Como siempre, no estaba segura hacia donde ir. Pensé en encontrar el Instituto Cervantes ya que me había pasado la tarde leyendo su página web. Esa fue mi meta para esa noche. Tomé el tren R y me quedé en la calle 49. Muy pocas veces me he detenido en esta parada. Comencé a caminar hacia el este y me encontré con el Rockefeller Center. No recuerdo la última vez que estuve por esos lados. Me encantó la plaza con sus banderas de E.U. Mucha gente estaba sentada en los bancos que da frente a la plaza, otros turistas (como yo) tomaban fotos del lugar. En el centro (en el bajo nivel) había un bar/restaurante donde estaban los ejecutivos, empresarios, empleados de las oficinas de los alrededores. Lugares como estos hay muchos en Manhattan. Lo que me llamó la atención es la estatua o escultura dorada de Prometeo en el centro de la fuente. La figura de Prometeo está sobre lo que parece una montaña, lo cual es propio de su historia. Está rodeado de un anillo inmenso (representaría las cadenas?)y sobre sus manos, el fuego. No sé exactamente que hace Prometeo en el centro de Rockefeller pero esta escultura forma parte de la decoración o el theme del lugar, ya que todos los edificios están adornados con imágenes de la mitología griega. Cada día me impresiona más esta cuidad. Uno nunca termina de descubrir cosas nuevas.

Hablando de Prometeo, una vez le escribí un poema:

Robaste del éter
la llama ardiente de su azul.
Toda su lumbre
fue entregada a la tierra,
a la sociedad prístina
causal de tu condena.
El águila hambrienta
destrozó la vida con sus garras
sació su sed
con cada gota de aliento,
fruto de tu luz.
En la cima del castigo
Heracles te dio la libertad.
Las cadenas milenarias
se fundieron en la roca.
Entonces fuiste eterno, fuiste mito.


Por cierto, después de mucho caminar y tomar fotos, encontré al fin el Instituto Cervantes.