martes, 24 de agosto de 2004

Luisa

Luisa dice que me extraña. Es una pena que nuestra amistad se haya visto interrumpida por la distancia. Bueno, en verdad no ha sido interrumpido pues aún somos amigas pero lamentablemente no podemos juntarnos tan a menudo como antes. Gracias al internet nos comunicamos casi a diario pero no es lo mismo. Aveces temo que la distancia terminará por vencernos. Es dificil encontrar amigos con los cuales uno siente la confianza de contarle cualquier cosa, amigos con los cuales uno se puede reir de cualquier situación sin sentirse culpable, cometer los errores mas ridiculos y no avergonzarse.

Le acabo de contestar su email preguntándole qué le sucede, el porqué de su tristeza. Me dice que se siente sola, que no es lo mismo con las otras amigas, que tiene deseos de tomarse un café en la plaza y hablar de trivialidades conmigo. Yo me siento igual muchas veces. Camino por las calles sola, mientras miro a la gente pasar, quieriendo comentar con alguien algo nuevo que haya descubierto de Nueva York y no tengo a nadie en el momento. Aveces me siento en el parque a leer un poco, me voy a Starbucks a tomarme un café y lamento el no tener a Luisa conmigo porque sé que juntas la pasariamos bien. Lo que es la vida, no? La amistad de Luisa es algo que tuve que sacrificar al mudarme a NY. Apesar de todo, no me arrepiento. No me arrepiento porque el cariño que nos une es demasiado grande como para ahogarse en el mar interminable que nos separa. Tarde o temprano estaremos juntas de nuevo y nos reiremos de esta insoportable distancia.

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