Qué especial es la lluvia, tan llena de sensibilidad, de nuevos sentimientos tan taciturnos y tan literarios, tan nostálgicos y tan melancólicos... Recuerdo, cuando niño, los días de lluvia en invierno y todos coincidiamos en casa de mi abuela: familia junta, cortesía y calor humano, buena comida, juegos de mesa y la vida era suficiente.
Gracias por leer mi página, por tus palabras tan bellas y alentadoras. Gracias por ofrecerme tu apoyo, estaré por siempre agradecida.
Hasta ahora estoy bien y espero que estes, sino igual, mejor. Mis aguas siempre están alborotadas. Vivo nadando, intentando saciarme de la tranquilidad que habita dentro de ellas, pero de alguna manera, las corrientes me llevan a la superficie donde el vaivén de las olas me llevan a mares lejanos, desconocidos e inciertos.
Algún día encontraré mi playa, y ya no habrá tempestades.
Qué especial es la lluvia, tan llena de sensibilidad, de nuevos sentimientos tan taciturnos y tan literarios, tan nostálgicos y tan melancólicos...
ResponderEliminarRecuerdo, cuando niño, los días de lluvia en invierno y todos coincidiamos en casa de mi abuela: familia junta, cortesía y calor humano, buena comida, juegos de mesa y la vida era suficiente.
Querida Hada,
ResponderEliminarGracias por leer mi página, por tus palabras tan bellas y alentadoras. Gracias por ofrecerme tu apoyo, estaré por siempre agradecida.
Hasta ahora estoy bien y espero que estes, sino igual, mejor. Mis aguas siempre están alborotadas. Vivo nadando, intentando saciarme de la tranquilidad que habita dentro de ellas, pero de alguna manera, las corrientes me llevan a la superficie donde el vaivén de las olas me llevan a mares lejanos, desconocidos e inciertos.
Algún día encontraré mi playa, y ya no habrá tempestades.
Un abrazo,
Joanne.