martes, 26 de noviembre de 2013

De paseo

Tenía algo que hacer en la cuidad y decidí aprovechar la oportunidad para llevarme a una de las niñas. Me hubiera gustado llevarme a ambas pero esta cuidad te complica las cosas cuando debes moverte sola con niños; si no fuera por la cantidad de escaleras que hay que subir y bajar para tomar el tren lo haría. Le dije a Stella que íbamos a tener una aventura y creo que lo fue para ella. Como a todos los niños, le encanta montarse en tren, ver la gente, las palomas, el constante movimiento de una cuidad, en especial cuando ésta esta vestida de fiesta con árboles navideños, luces, música y para completar, pistas de hielo. Era cerca del medio día así que compramos unos pedazos de pizza y nos sentamos a comer frente a la fuente de Bryant Park. Hacía frío pero eso no impidió que mi nena mojara sus manos con el agua helada. Estaba feliz.  

Caminamos por las tiendas navideñas que están en el parque durante esta temporada y ella me ayudó a elegir un adorno para nuestro arbolito, uno que representara nuestra familia, uno que podría tal vez iniciar una tradición en casa: el sumar algo especial al árbol todos los años.  

Miramos a la gente patinar en hielo y nos sentamos a leer en la pequeña biblioteca infantil que ofrece el parque. Ella se entretuvo con las palomas mientras yo la observaba y le tomaba fotos. Cuando tienes más de un niño temes no dedicarle suficiente tiempo a cada uno y resulta importante cuando puedes dedicarle toda tu atención de manera individual por unas horas. Se que para ella significó mucho. Y más aun para mí. 
Nuestra familia
Improvisando un baile

domingo, 10 de noviembre de 2013

Aire festivo

Cuan rápido han pasado estos días, o mas bien semanas. He estado ocupada en casa con las niñas, visitas y preparativos de navidad. Sí, ya estoy con la mente en navidad. Es el primer año en que comienzo a celebrar tan temprano. Y digo celebrar por que el ponerse a decorar, comprar o hacer adornos, sacar luces guardadas desde hace un año es de alguna forma celebrar; y mas cuando puedes compartir todo esto con tus hijos, hacerlos cómplices de tu amor por esta festividad. Por ahi viene el día de acción de gracias y a pesar de que la cena familiar será en mi casa la verdad no me llama la atención hacer nada por ese día salvo la cena. Aun no he pensado en menú y eso esta a poco más de dos semanas. Sin embargo, no estamos en diciembre y esta mañana puse a sonar canciones navideñas en Pandora y encendí las luces a mi pequeño pueblo navideño.

Mis hijas están encantadas con el árbol y realmente hice lo posible por hacer de la decoración algo especial con ellas, hacerlas participe de todo y que lo disfrutaran. Quiero tratar de que cada año se emocionen con la llegada de esta época, que sientan que es algo más que los regalos, una ocasión para compartir, o mejor que se convierta en una tradición familiar los preparativos, las canciones, el arbolito. Quizás pido mucho pero cuando pienso en mi niñez, uno de mis mejores recuerdos son de las cenas y reuniones familiares (hermanos, primos, tíos…) no sólo en noche buena sino acción de gracias y año nuevo. En mi casa siempre hubo árbol de navidad y esta fecha era especial. Quiero algo parecido para ellas. Este año será de los pocos en que mi familia se encuentre completa en noche buena, no solo estarán mis padres sino también mi primer sobrino que nacerá a principios de diciembre (mi hermano lo ha estado esperando ya por muchos años). 

En fin, esta semana me la he pasado de buen ánimo, disfrutando del aire festivo que ha empezado a embargar la cuidad (Nueva York me parece más hermosa durante esta época). Aquí algunas fotos recientes: 
Haciendo adornos para el arbolito.
Llenando una bolita para el árbol.
El pueblo navideño fue todo un éxito (pero los muñequitos tuve que quitarlos por que iban en peligro).

miércoles, 23 de octubre de 2013

Un poema

Releyendo el poemario que trabajé durante la maestria y que aún no me animo a publicar encontré un poema que nunca compartí en este blog. Debo confesar que casi no me reconozco. Son mis versos y sin embargo, la Joanne que los escribió me parece extraña y lejana. Lo que me pareció interesante fue que, a pesar de haber escrito ese poema hace tal vez cinco años, bien podría haberlo escrito la mujer que soy hoy. Aquí se los dejo:


Un zigzagueo inmutable se repite hacia el infinito.

En este ir y venir
ella se pierde un poco cada día
se va fundiendo en la automaticidad de las cosas
que no requieren impulso o propensión alguna
porque todo esta predeterminado
hecho de acuerdo a una medida
como metal que se recicla una y otra vez en un troquel.

miércoles, 16 de octubre de 2013

Apego repentino


Apenas las once de la mañana y ya me siento abatida. Hoy tocaba a las niñas ir al day care y Stella por segunda vez se negó a ir. La semana pasada tuve que regresar con ella a casa por que insistía en que ya no le gustaba ir, que quería quedarse conmigo (Lucía felizmente se quedó). Desde hace unas cuantas semanas voy notando que ambas niñas se han ido apegando demasiado a mí, al punto de no querer ser atendidas ni por su padre. No le estaba dando mucha mente al asunto hasta hace unos días. Ahora comienzo a dudar qué tanto le beneficia el estar conmigo en casa. O mejor dicho, sé de los beneficios pero, ¿cómo hago para no sentir que las sobre protejo, para que ellas no se acostumbren a depender totalmente de mi, para alivianar sus miedos en vez de aumentarlos? Soy su mamá y sé que lo natural es que los niños confíen en que sus padres los pueden proteger así como responder a sus inquietudes pero tarde o temprano tienen que ir a la escuela, separarse de los brazos de su madre para socializar con otros niños, aprender de todo cuanto le ofrece el mundo y su alrededor.

Lucia aún esta pequeña y su apegamiento es más que comprensible, lo acepto y apoyo. Stella tiene tres y medio y su repentina dependencia no es normal en ella. Ella de por sí es algo introvertida (heredó mi personalidad), pero siempre ha sido independiente y sociable. Quiero que ella se sienta cómoda donde quiera que vaya, que no necesite esconderse detrás de mi para hacer sus cosas. No sé si me explico. Claro que estaré a su lado siempre, pero no quiero que sea la niña extremadamente tímida que fui, siempre en las afueras, esperando a que alguien se acerque, solitaria e insegura de mí misma y con miedo a tomar cualquier paso o decisión. Aun hoy, a mis treinta y cinco años, hay rasgos de esa niña y, sé que esa inseguridad y miedo es lo que en parte me ha cohibido de lograr algunas metas o de por lo menos intentar alcanzarlas. No quiero eso para mis hijas. Deseo que luchen por lograr sus sueños, que nada se interponga ante ellos, ni si quiera yo, su madre. Aun así, siempre estaré a su lado protegiéndolas como pueda, aconsejándolas para que tomen el camino que me parezca más seguro y apropiado para ellas, ofreciéndole mi amor infinito.

Espero encontrarte de mejor ánimos esta tarde, mi niña.

jueves, 12 de septiembre de 2013

La granja

La semana pasada visitamos el Queens County Farm, lugar que se ha convertido en un favorito para nosotras. Muchas de las flores que vimos en nuestra ultima visita no estaban; lamenté encontrar a los inmensos girasoles ya marchitos, señal del cambio de estación. Algunos animales también estuvieron ausentes, no sé si por ser día de semana o por el clima. Estuvo nublado durante gran parte del día (ideal para fotos a esas horas) y nos acompañó un hermoso silencio. No hicimos mucho: caminar, correr, tocar un que otra flor y disfrutar del silencio y verdor que nos rodeaba. Miré a mis niñas jugar juntas, recoger piedras, reír y simplemente ser. La mayor parte del tiempo caminé detrás o en frente de ellas, dejándolas seguir su curiosidad y asombro, pero siempre observándolas, como para no perder por un segundo sus sonrisas y alegría. 

miércoles, 11 de septiembre de 2013

Cierre del verano

Hoy el clima está de agosto. Sin embargo, llevo presente que dentro de poco esta calidez cederá paso al otoño. Ayer pasé el día organizando los closetsgavetas de las niñas, haciendo lista mental de lo que necesitarían una vez ya no puedan usar pantalones cortos y sandalias. También estuve anotando cosas que hacer y lugares para visitar antes de que el clima cambie por completo.  En realidad, mhubiera gustado hacer más, como ir al carrusel de Brooklyn Bridge Park o visitar Governors Island, pero este verano fue algo agotador y complicado con la visita de mi suegra y la mudanza y organización del nuevo apartamento. En general, creo que fue un buen verano pero para el próximo pienso ser un poco más diligente y planear mejor mis días, tal vez así logre tener un calendario lleno de actividades, paseos y cosas interesantes que hacer con las niñas.

Aquí, una breve reseña de nuestro verano según imágenes tomadas por mi celular:


martes, 3 de septiembre de 2013

Ya son 35...


Hace ya un par de semanas que cumplí año pero no quería dejar de escribir una nota para así no olvidar ese día. Semanas antes mi esposo se ofreció a hacerme una fiesta. Al principio estaba entusiasmada con la idea pero cuando me puse a calcular el trabajo que implicaba una fiesta y lo poco que realmente la iba disfrutar (sí, reconozco mi pesimismo), cambie de parecer y decidí no hacer nada. Total, lo que más me interesaba era abrirle la piscina inflable a las niñas y verlas disfrutar la tarde, estar con ellas, con mi familia. 

Qué quieres hacer hoy?, preguntó mi esposo llegado el día. Le dije que quería comprar un bizcocho y unos cuantos globos para tomarme fotos con las niñas. Es que para mi hija mayor, si  no hay globos, no hay "happy birthday". Fuimos los tres: ella eligió los colores de los globos y yo un tiramisú. En el carro ella preguntó que a qué hora era la fiesta. Le dije repetidas veces que no habría fiesta, que íbamos a cantar cumpleaños feliz y bañarnos en la piscina. Que tal vez su primita nos acompañaría. Ella no entendía la idea de cumplir años y no celebrar:  "Mami, pero, porqué no quieres una fiesta? Yo quiero un happy birthday!"Al final ella aceptó y al llegar a casa y ver la piscina lo olvidó. 

Mientras Lucia dormía, Stella y yo jugamos en la piscina. Nadie iría a visitarme y pocos me habían llamado; no hago mi cumpleaños visible en Facebook así que tampoco recibí muchas felicitaciones, salvo de los pocos que se acordaron de la fecha. Nada de esto importaba. Cuando al fin Lucia despertó y nos acompaño, pensé que mi día era perfecto, que nada se comparaba con ese momento. Sin embargo, de repente sentí tristeza, un vacío, por llamarlo de alguna manera porque ni siquiera sabría explicarlo. Mis hermanos no vendrían y uno de ellos ni siquiera me había llamado. Pero unos treinta o cuarenta minutos después llegó el primero con una caja de chocolates y confesó que no me había llamado porque quería darme una sorpresa; luego llegó el segundo, también con su familia (y un flan hecho por su esposa). Entonces sí me sentí completa.  

Este año no quise pensar en las cosas que he hecho o no hasta ahora, quería estar presente, vivir el día, tomarme fotos, tener un recuerdo con mi familia... y así fue. Al día siguiente aun sonreía al pensar en mi familia y lo afortunada que soy por tenerlos. 

martes, 27 de agosto de 2013

Palabras encontradas

No no lo niego: escribir, o mas bien expresarme, ya no me resulta fácil. Sea por falta de tiempo, motivación, ganas o cualquiera de tantas otras excusas... simplemente no lo logro. Por ello busqué el flash drive que por años viajó en mi cartera. Abrí el archivo "textos por terminar", donde según conté hay 43 documentos escritos entre el 2005 al 2008; todos a medias, esperando... Supongo que en su momento tuve la intención de volver a ellos pero como ven, ese no fue el caso. Encontré uno que me llamó la atención y no recordaba: unas lineas sobre la película "An affair to remember" y mi reacción al verla por primera vez. Aunque quisiera, me es imposible retroceder la memoria y terminarlo. 

Encontré otro texto incompleto que, al leerlo, sentí como si fuese recién escrito. No refleja mi presente pero me pareció interesante la similitud de pensamiento entre aquel entonces y los días actuales cuando mi cabeza y la rutina del día a día juegan a enloquecerme. Aquí van unas lineas escritas en Octubre del 2007 que nunca llegué a terminar:

"Definitivamente resultará difícil acostumbrarse a las voces que interrumpen mis mañanas, a los deberes que acompañan mis días, o más bien, los días ya que han dejado de ser míos. 

Hoy quiero escapar, dejarlo todo por unas horas aunque al final termine extrañando sus abrazos. Y es que no me acostumbro a la constante presencia y de vez en cuando necesito sentirme a solas, despertar en silencio y sentirme YO. Anhelo regresar a las largas caminatas por la cuidad, sola, sin tiempo y sin pendientes, salvo aquello que me llena, aquello […]  

¿Que pasó con los atardeceres, con las películas que provocaban un pensamiento, miradas ajenas que inspiraban, la soledad que terminaba en poesía, las manos que antes servían para algo? ¿Dónde está Joanne? El tiempo pasa y el olvido se va llevando lo mejor de mí para dejarme con algo menos complejo, un alguien cuya simpleza me da miedo. No quiero aceptar el silencio por falta de qué decir,  por que los días acaban terminando en una mediocridad común y corriente.  
Con los oídos taponados escuchando a Billy Joel para poder desconectarme de todo cuanto me rodea".

lunes, 12 de agosto de 2013

Una linda mañana

La semana pasada llevé a las niñas a Flushing Meadows Corona Park. Fue nuestra segunda visita este verano. Nos fuimos listas para hacer un picnic y disfrutar del agradable clima. Ellas se divirtieron mucho, dejándome exhausta pero satisfecha con verlas contentas y de poder sumar otro lindo recuerdo en su memoria (y si no, para ello están las fotos).

Cómo adoro esos ojitos.
Fijándose en los movimientos de su hermana.
Los efectos del helado de chocolate.

miércoles, 10 de julio de 2013

Amor de hermanas


Que felicidad siente el corazón al saber que se tienen una a la otra y que serán las mejores amigas.

sábado, 6 de julio de 2013

No siempre se puede


"Hoy puede ser un buen día, plantéatelo así", dice Serrat. Sin embargo, hay días en que por más que uno se lo proponga, no hay forma de sacudir el desazón que llevamos dentro. Amanecí con un dolor de cabeza que insistía en perturbarme a pesar de tomar pastillas varias veces. Las niñas me despertaron a las 5:15, 6:15 y 7:15 AM, como si tuvieran relojes internos que en algún momento se pusieran de acuerdo. En la tercera me di por vencida y me tiré al sofá para no dejar sola a Lucía. Miré a mi alrededor y recordé que la casa estaba un desastre, que el barbeque del día anterior había dejado bastante quehaceres y la verdad no tenía deseos de tan siquiera levantarme a preparar café. Creo que cuando empiezas el día de mala manera, no hay forma de salvarse de él. Hoy no había ánimos para mucho. Así que dejé la casa tal cual y cuidé de las niñas lo mejor que pude. Hoy no fui buena madre y ama de casa, pero, de más esta decir que no siempre se puede. No somos seres perfectos.

miércoles, 3 de julio de 2013

Cambios

“Has cambiado de parecer respecto a una idea y en dado caso, como surgió ese cambio”? Era esa la pregunta del día en el programa radial que escuchaba esta mañana mientras conducía mi auto. Escuché unas cuantas historias, entre ellas: cambios de opinión sobre reglamentación del uso de armas en Estados Unidos, aceptación de una nueva creencia religiosa y, la que más llamó mi atención, cambio de parecer de una madre que había decidido volver a trabajar luego de ser madre tiempo completo. Enseguida subí el volumen. Contaba la señora que desde que estuvo embarazada con su primer hijo tomó la decisión de dedicarse a su bebé tal como había hecho su hermana. Cuenta que ama a su hijo y le encanta ser madre pero que la pasión que siente por su profesión era tal que necesitaba regresar, necesitaba el roce con otros adultos, que el ser madre tiempo completo era aislante y muy solitario. Comprendí perfectamente aunque no puedo decir que haría lo mismo, al menos no en mis circunstancias.

Hace seis meses dejé mi trabajo de oficina para dedicarme a mi familia. No fue una decisión fácil pero era la mas práctica y a la vez lógica, así que lo hice sin pensarlo mucho. Digo que no fue fácil porque me considero una mujer independiente, que no gusta de depender de otros y, porque además, ese no fue el ejemplo que tuve de mi madre. Al mismo tiempo, sabia que mis niñas necesitaban de mí y mi esposo igual de nosotras. Conformábamos una familia pero no compartíamos lo suficiente para llamarnos tal. Y quizás la mayor motivación para esta decisión fue el hecho de que no sentía nada por mi empleo, no podía llamarle profesión porque no lo era, no había pasión de la que hablaba la señora en la radio, el oficio y lugar que una vez amé se había convertido en un simple trabajo que pagaba cuentas y cubría gastos.

Ya van seis meses y mentiría si digo que lo extraño. De vez en cuando me hace falta la cuidad, el ruido, el conversar con adultos, el perderme en mis pensamientos mientras viajo en tren, estar al tanto de las noticias, entre otras pequeñas cosas pero, en verdad no extraño la oficina ni el estrés que me causaba la vida que estaba llevando. Sí extraño el sentirme productiva, sentirme parte de algo no relacionado a mi hogar, tener un espacio propio para poblar mis pensamientos… tener tiempo y ánimo para crear.

Es cierto que  a veces me canso, pasan los días y todo lo que he hecho gira en torno al hogar y a mis hijas, dejándome agotada y con ansias de otros aires. Quizás si tuviera esa ‘pasión’ las cosas serían distintas, aunque en el fondo lo dudo. Cuando me siento abatida, pienso que lo que hago es por el bien de ellas y, porqué no, para el mío también. En unos años comenzarán la escuela y mi tiempo con ellas será limitado. Quiero disfrutar estos añitos y por más difícil que a veces parezca, sé que soy una de las pocas que hoy día cuentan con esa dicha.

Quizás no tenga una carrera profesional y quizás mi pasión por otras cosas como la escritura y fotografía hayan quedado en un segundo o tercer plano pero, siento que para ello habrá tiempo; solo es cuestión de esperar, de ser paciente.

En conclusión, sí, he cambiado de parecer respecto a ser madre a tiempo completo, es algo que nunca pensé que haría y, sin embargo, es la mejor decisión que he tomado en mi vida.

domingo, 24 de marzo de 2013

Unemployed

Tenía pensado traducir el siguiente texto al español para poder agregarlo a este blog pero por ahora lo dejaré tal cual. Ultimamente me ha dado por escribir en inglés; quizás por que es el idioma en el que se se encuentra lo poco que leo estos días (y si, da vergüenza decirlo pero no gano nada con engañarme a mí misma y los demás). Quizás más adelante, cuando el tiempo me lo permita, lo traduzca para así mantener coherencia en cuanto al idioma.


Unemployed (January 30, 2013)

I had not had a chance to talk about it until now. As of January 16th, I became officially unemployed. I had been wanting to leave my job for a long time now. After eleven years, you need to feel challenged and motivated in order to come through every day, especially when you're a mom and your children are top priority on your list (and forever present your mind). Though I wished for it many times, the moment I had the chance to do it, I hesitated; it was too soon and I was not ready for such a huge change.

For the past few months, my husband and I have realized that our lives are changing and we need to seek the best living situation for our family; in other words, find a place and city where we can all be happy and where our girls can thrive and have a good education, someplace we can live in for years to come, a place we can call 'home'. And so because there's much to do before moving to where ever we'll be moving to, having a full time job and taking care of the girls doesn't quite help to move things along. That's how the decision to quit my job came up, on one December evening, a month and a half before I said goodbye to the place that had become my second home. It was quite bittersweet: excitement for not having to deal with the commute and the frustration of being late for work every day and not being completely "there" for my kids and, on the other hand, sadness for leaving behind my good friend of ten years, the desk that had become my refuge from the madness at home and, where I felt most comfortable when it came to writing and thinking. It's strange but, I will miss that desk, the corner of room 806. 

It's been two weeks now and to be honest, I haven't missed the office much yet but, of course, I'm currently on vacation. I immediately distanced myself from my reality so we'll have to wait until I'm back in New York, home and without a job for the first time in eleven years (yes, I'm repeating myself but hey, a lot goes down in eleven years; not something to take lightly). I'm not even sure that I want to face my reality back home. I love my children and I'm glad I have the chance to be there for them. I'm aware of how fortunate I am to have the opportunity to enjoy their childhood, to watch them grow, to be a bigger part of their lives but, I'm afraid of being a STAY at HOME mom. I even have a hard time saying those words.

Being a SAHM is not what I had envisioned for myself. Not that I think it's a bad thing for I have huge respect for those women that can raise their children well, maintain a clean home and prepare decent meals every day. It's a job like any other only that it's a much more important one. But I'm afraid of failing, of not being capable, of thinking less of myself for not having the successful career I once dreamed of. 

I'm not sure of how things will turn out and I'm quite scared of what awaits me. I want to be that happy mother I read about in blogs, moms who seem to do it all and are always smiling. I know that there's much more behind the happy faces but I can't help comparing myself, wondering if I'm raising my kids well enough.

There's a lot to think about before returning to New York. I have the daunting task of deciding where my family will be living the next few years and, anyone that knows me well can imagine how stressful decision making is for me, especially if other people are involved. 

I think I've written and rambled quite a bit. More to come on this 'decision' I have to reach. Right now, I'm in what used to be my bedroom during my teenage years, enjoying the quiet night and oddly cool weather. 

viernes, 8 de marzo de 2013

Sonríe, está nevando


Esta mañana al despertar, sonreí al notar que nevaba.  A pesar de la horrible vista desde mi ventana de la cocina y el baño de los vecinos, era agradable ver la nieve caer despacio, saber que mi hija iba poder disfrutarla, así fuese por un momento. Stella estaba emocionada y algo sorprendida. "Mira los carros y los árbol como están, llenos de nieve", gritaba ella. La ultima vez que realmente nevó ella tenía sólo meses de edad. Entonces bajamos a verla de cerca, a sentir su frío sobre nuestros rostros, a saborearla y a la vez escuchar el silencio que ella causa en las calles mientras cae. 

Le tomé unas cuantas fotos para así por siempre recordar su alegría, para grabar el esplendor de su inocencia ante aquellas cosas que, de adultos, dejamos de ver o apreciar.