Nunca pensé que al abrir el buzón podría encontrarme con algo que me hiciera sonreir. Aparte de la invitación de bodas de mi amiga Carolyn, sólo recibo estados de cuenta e invitaciones y descuentos para utlilizar mi tarjeta de crédito. Junior Cruz ya me habia dicho que tenía algo que enviarme; jamás pensé que sería el libro "
Desnuda", de mi amiga Rosa Silverio. Aún no había visto el libro y debo admitir que la portada casi mi hizo llorar de la emoción. Está precioso; y no porque sea ella, sino porque en verdad lo está. El rojo va muy bien con las pasiones y sentimientos descritos en el poemario. En cuanto a las fotografías... no pude evitar hojear el libro para verlas antes de leer los poemas. El fotógrafo
Fausto Ortiz hizo un gran trabajo al unir la historia de los poemas con las imágenes.
Esta semana he estado algo sensitiva y quizás por eso pude percibir mejor la sensibilidad de la escritora, al punto de querer creer que los escribió para mi ya que con ellos pude identificarme, comprender un poco el torrente que llevo dentro. Estoy segura que muchas personas coincidirán en esto conmigo ya que aunque Rosa escribe lo que siente y piensa, en su pluma hay un poco de nosotros; nosotros los que amamos, los que abrazamos la soledad o nos vemos arropado por ella, los que amamos la poesía.
El poemario consiste de treinta y cinco poemas. De acuerdo a la escritora están “
agrupados en dos partes. La diferencia radica en que De vuelta a casa es un poemario de una sola tonalidad. Habla de la tristeza, la soledad, el vacío existencial, la angustia y la muerte. Mientras que Desnuda tiene otros matices y en este poemario, aunque continúo trabajando la temática del primero, exploro otros temas como el erotismo y el amor” (El Caribe, 28 de agosto 2005).
No podría elegir cual de los treinta y cinco son mis favoritos pero algunos llamaron mi atención. Uno de ellos es el “
El Retrato de Ane”, un poema a su madre, cuya imagen se ha eternizado en sus versos. El poema suena nostálgico pero al mismo tiempo hay tanto amor, gratitud y respeto. Este poema me acordó de mi abuela, cuyo retrato igual se encuentra en casa de mis padres, también con su cabellera negra, presente sin estarlo físicamente.
No pude evitar el recordar a la Rosa que conocí hace unos años. Sus poemas “
No Necesito” y “
A veces” se parecen tanto a ella. Cuando la conocí, yo era totalmente opuesto a ella en cuanto a mi personalidad, timidez y forma de pensar. Teníamos la misma sensibilidad pero veíamos el mundo de distintas formas. Rosa era, y aún es, una mujer independiente, que no necesita aprobación de nadie para hacer sus cosas; hace lo que siente, guste o no; es una mujer que confía en lo que siente y piensa y no tiene miedo el expresarlo; una mujer que cree en lo que ama aunque le provoque tristeza, y es que un día está triste, otra día está feliz pero ella logra hacer lo mejor de cada situación (casi siempre escribiendo); es una mujer que a veces está sola, no porque no tenga a nadie ni gente que la quiera, sino porque a veces necesita de la soledad para encontrarse, para pensar y escribir. Quizás esté algo equivocada con mi percepción de Rosa pero así la veía entonces, cuando la tenía cerca, y así la veo ahora, donde la miro y escucho a través de su poesía.
Al día siguiente de recibir el libro aun lo estaba leyendo en el tren camino a la oficina. Ese día amanecí con tanta tristeza, no sé porqué. Tal vez era el trabajo, el saber que tenía tantas cosas por hacer y poco tiempo para ello. Quizás era el hastío de los días y su monotonía. Es por eso que leyendo algunos de los poemas (como “
La Hora Exacta”) quise llorar, huir y no regresar al trabajo ya que sentía que podía desahogarme con ellos. Leía “
Que angustia es esta”, y comprendía el sentir de la autora, en especial cuando dice:
“¡Qué soledad más honda / la de este yo aterido / por la cotidianidad de los días / por la ausencia del roce / y la absoluta negación de la ternura!”. Pero no vayan a creer que el poemario va provocar tanta desesperación y tristeza. Por el contrario, ellos también incitan a sonreir, a pensar en lo dulce que puede ser el amor, en la cotidianidad de los días y en “
Rosas Amarillas”.
Hay un poema que leí varias veces y me puso a pensar, a cuestionarme a mi misma, a lo que busco. El poema se llama “
Preferencia” y describe el tipo de hombre que la autora prefiere o no. Es un poema sencillo pero dice mucho. A veces me encuentro queriendo más, buscando en el otro lo que parece que debería tener la persona que amo. Tanto tiempo se pierde pensando en estas cosas y sin embargo, es tan simple como dice Rosa:
“Yo solo quiero un hombre enamorado / que me llene los brazos de poesía”. Que precioso verso...
En fin, les invito a leer este libro. No porque ella es alguien a quien estimo mucho sino porque es una gran escritora, de las mejores que he leído de la República Dominicana.
Lamentablemente no puedo (ni quiero, al menos no sin permiso de la autora) transcribir aqui sus poemas; prefiero darles la oportunidad de leer dos poemarios. Pero, hay varias páginas en la red que sí tienen algunos de sus poemas. Aqui les va:
Silverio, Rosa. Desnuda. Santo Domingo: Editora Cole, 2005.