jueves, 31 de agosto de 2006
En blanco
En estos días tengo pocas ganas de escribir. No sé qué me sucede. Enciendo el computador y miro la pantalla queriendo hablarle pero no tengo nada que contarle. Hojas en blanco y lapiceros tibios en mis manos esperando... Leo las noticias a ver si algo me inspira, y nada. Me aterra esta sensación de vacío, el caminar por las calles y no encontrar con algo que me provoque una sonrisa, un pensamiento.
Necesito bajar de estas nubes y reencontrarme.
Sección:
Vida
miércoles, 30 de agosto de 2006
Muere el escritor Naguib Mahfouz
(foto tomada del New York Times)
Hoy, 30 de agosto, ha fallecido el escritor egipcio Naguib Mahfouz, quien en 1988 se convirtió en el primer escritor árabe en obtener el Premio Nóbel, falleció hoy 30 de Agosto. Tenía 94 años de edad.
Para más información ir, ver el artículo del New York Times al respecto (lamentablemente no encontré un artículo en español).
Sección:
Literatura
lunes, 28 de agosto de 2006
Lunes de lluvia
Llueve, pero no es de esas lluvias que contemplas a través de una ventana con una sonrisa y recuerdos de una vida más simple e ingenua. Esta lluvia es de lunes, de esas que presagian la monotonía y frustraciones de los días a seguir. Lunes de lluvia en que te pesa el cabello y tus ojos anhelan refugiarse en la oscuridad; lunes de paraguas y jeans mojados; de silencio en los parques y en las calles; de pereza y cansancio; de retrasos y horas de espera; de sopor y cafeína... una tarde que tarda en fenecer.
Es lunes de abril en pleno agosto, frío y absurdo, de esos que no dejan huellas en el calendario.
Es lunes de abril en pleno agosto, frío y absurdo, de esos que no dejan huellas en el calendario.
Sección:
Prosa
sábado, 26 de agosto de 2006
Entre inercia y titubeo
Estos días han sido de poca concentración. A decir verdad, el verano entero no he podido concentrarme en absolutamente nada. No sé qué me pasa. He comenzado cuatro libros y a todos los dejé por mitad, no estoy practicando guitarra con la frecuencia debida, no estoy escribiendo, no estoy estudiando para los GRE’s, como tampoco dando todo de mí en la oficina. Lo único que he hecho es comer. Tengo que sacudir esta inercia y pereza fuera de mi. A partir de lunes tengo que poner los pies sobre la tierra y dedicarme a las cosas que me gustan y que debo hacer.
A veces creo que me propongo demasiadas metas; quiero hacer tantas cosas y al final no hago nada. Bien lo había dicho mi madre años atrás cuando me dijo que dejaba todo a medias: el curso de informática, las clases de guitarra y las clases de francés. Y no es que quería dejar todo a medias sino que siempre había algo que me impedía continuar como, por ejemplo, el trabajo. Cuando comenzé a trabajar en la librería ya no tenía los sábados libres y por ende no podía seguir con el francés; cuando al fin retomé las clases, me mudé a Nueva York. Cuando quise retomar las clases de guitarra, el horario de la universidad me lo impedía. Lo único que nunca abandoné fueron las reuniones de Tinta Fresca. Cada sábado en la tarde me dirigía al grupo por el simple placer de compartir con ellos, escucharlos recitar sus poemas, aprender sobre literatura y reirme con las ocurrencias de algunos integrantes. Claro, el venir a esta cuidad también le puso fin a ello (al menos lo mantuve por dos años).
En Nueva York han surgido nuevos intereses y he querido sumergirme en tantas cosas para los cuales, lamentablemente, no dispongo de mucho tiempo. Algunas personas me han dicho que tengo que concentrarme en una sola cosa y dedicarle todo mi tiempo y esfuerzo. Se me hace dificil elegir. Durante un tiempo quise aprender a hacer páginas web. Compré un libro sobre HTML y luego en el trabajo me regalaron el programa Dreamweaver, lo cual hacía todo el proceso más fácil. Ahí murieron mis esfuerzos en aprender los códigos HTML, Dreamweaver lo hacía por mi. Aún es algo que me gusta pero claro, me he entretenido en otras cosas.
Cuando me mudé a mi apartamento actual, quise saber todo sobre decoracíon de interiores. Durante seis meses, los únicos programas de televisión que veía eran los de los canales de Discovery Home y Home & Garden TV. Aprendí sobre combinación de colores y texturas; ideas para decorar la sala y la habitación; la diferencia entre decoraciones clásicas, modernas y eclécticas y cómo combinarlas; entre otras cosas. Pasé horas en librerías hojeando las revistas y libros de decoración interior. Todo para complementar mi afinidad con los trabajos manuales, como pintar paredes, componer muebles, llenar la pared de cuadros, fotos y objetos extraños. Al llegar el verano había terminado de decorar mi apartamento y entre mis caminatas en la cuidad surgió un nuevo amor: la fotografía.
Desde entonces, es mucho lo que he recorrido con el fin de retratar a la cuidad de Nueva York. Cientos de cuadras he caminado disfrutando de ella, conviertiéndola en unos de mis pasatiempos preferidos. Ahora quiero tomar clases de fotografía y aprender como manejar mi nueva cámara. No sé si llegaré lejos con la guitarrra, si acaso terminaré aprendiendo, pero creo que con la fotografía será distinto. Debido al curso de traducción que retomaré en Septiembre (sí, uno más para mi lista) no sé si tendré mucho tiempo para ella pero sé que no la abandonaré; y es que me encanta y me llena (además de que algunos amigos insisten en que debo dedicarme a ello).
¿Qué terminaré haciendo? Realmente no lo sé. Es una pregunta que desde hace años no puedo contestar por el hecho de querer hacer tanto; lo cual es terrible para una persona como yo que es pésima tomándo decisiones (en todos los sentidos y aspectos de mi vida). Ese es uno de los dilemas de vida y tal vez por ello estoy donde estoy, por no saber elegir entre si y no, entre blanco y negro, entre hoy o mañana. Sólo el tiempo sabrá decir qué rumbo tomaré.
A veces creo que me propongo demasiadas metas; quiero hacer tantas cosas y al final no hago nada. Bien lo había dicho mi madre años atrás cuando me dijo que dejaba todo a medias: el curso de informática, las clases de guitarra y las clases de francés. Y no es que quería dejar todo a medias sino que siempre había algo que me impedía continuar como, por ejemplo, el trabajo. Cuando comenzé a trabajar en la librería ya no tenía los sábados libres y por ende no podía seguir con el francés; cuando al fin retomé las clases, me mudé a Nueva York. Cuando quise retomar las clases de guitarra, el horario de la universidad me lo impedía. Lo único que nunca abandoné fueron las reuniones de Tinta Fresca. Cada sábado en la tarde me dirigía al grupo por el simple placer de compartir con ellos, escucharlos recitar sus poemas, aprender sobre literatura y reirme con las ocurrencias de algunos integrantes. Claro, el venir a esta cuidad también le puso fin a ello (al menos lo mantuve por dos años).
En Nueva York han surgido nuevos intereses y he querido sumergirme en tantas cosas para los cuales, lamentablemente, no dispongo de mucho tiempo. Algunas personas me han dicho que tengo que concentrarme en una sola cosa y dedicarle todo mi tiempo y esfuerzo. Se me hace dificil elegir. Durante un tiempo quise aprender a hacer páginas web. Compré un libro sobre HTML y luego en el trabajo me regalaron el programa Dreamweaver, lo cual hacía todo el proceso más fácil. Ahí murieron mis esfuerzos en aprender los códigos HTML, Dreamweaver lo hacía por mi. Aún es algo que me gusta pero claro, me he entretenido en otras cosas.
Cuando me mudé a mi apartamento actual, quise saber todo sobre decoracíon de interiores. Durante seis meses, los únicos programas de televisión que veía eran los de los canales de Discovery Home y Home & Garden TV. Aprendí sobre combinación de colores y texturas; ideas para decorar la sala y la habitación; la diferencia entre decoraciones clásicas, modernas y eclécticas y cómo combinarlas; entre otras cosas. Pasé horas en librerías hojeando las revistas y libros de decoración interior. Todo para complementar mi afinidad con los trabajos manuales, como pintar paredes, componer muebles, llenar la pared de cuadros, fotos y objetos extraños. Al llegar el verano había terminado de decorar mi apartamento y entre mis caminatas en la cuidad surgió un nuevo amor: la fotografía.
Desde entonces, es mucho lo que he recorrido con el fin de retratar a la cuidad de Nueva York. Cientos de cuadras he caminado disfrutando de ella, conviertiéndola en unos de mis pasatiempos preferidos. Ahora quiero tomar clases de fotografía y aprender como manejar mi nueva cámara. No sé si llegaré lejos con la guitarrra, si acaso terminaré aprendiendo, pero creo que con la fotografía será distinto. Debido al curso de traducción que retomaré en Septiembre (sí, uno más para mi lista) no sé si tendré mucho tiempo para ella pero sé que no la abandonaré; y es que me encanta y me llena (además de que algunos amigos insisten en que debo dedicarme a ello).
¿Qué terminaré haciendo? Realmente no lo sé. Es una pregunta que desde hace años no puedo contestar por el hecho de querer hacer tanto; lo cual es terrible para una persona como yo que es pésima tomándo decisiones (en todos los sentidos y aspectos de mi vida). Ese es uno de los dilemas de vida y tal vez por ello estoy donde estoy, por no saber elegir entre si y no, entre blanco y negro, entre hoy o mañana. Sólo el tiempo sabrá decir qué rumbo tomaré.
Sección:
Reflexiones,
Vida
miércoles, 23 de agosto de 2006
Agradecimiento a Ulises
Desde el silencio de mi oficina quiero enviar un caluroso abrazo a Ulises Jorge Bidó quien me dedicó un lindo post en su blog con motivo de mi cumpleaño. Aún no he tenido el placer de conocerlo personalmente (él se encuentra en Puerto Rico) pero como él bien señala, la red nos permite entablar amistades con personas que de otro modo sería imposible.
Gracias Ulises por tan hermoso gesto y por brindarme tu amistad.
Sección:
Notas
El oficio de columnista, por P. Navia
Me gustaría compartir con ustedes, en especial los que son o pretenden ser columnistas algún día, un texto del cientista político Patricio Navia titulado "El oficio de columnista".
"Porque nadie estudia para ser columnista, el oficio de comunicar ideas y mensajes en artículos cortos (nunca más de 600 palabras) se aprende fundamentalmente con práctica. Pero si las columnas no provocan reflexión en los lectores (aun si es para buscar argumentos que rebatan lo que allí se plantea), los columnistas no están haciendo bien su trabajo. Además, si bien cualquier provocador puede llamar temporalmente la atención, la profesión de columnista requiere una constancia y una disciplina que hace que los únicos capaces de influir en este oficio sean los más pacientes y los más perseverantes. A diferencia de los artistas –por cierto que la mayoría de los géneros literarios son arte– los columnistas se miden mucho más por el promedio de calidad de su producción que por celebrados aciertos ocasionales. Aunque algunas sean mejores que otras, ninguna columna es responsable de que un columnista deje huella. Así como ocurre con los actores de teatro, a los columnistas se les mide por su carrera más que por una actuación brillante."
Para leer el texto completo ir a: http://www.referente.cl/roller/page/patonavia?entry=referente_el_oficio_de_columnista1
Sección:
Literatura
domingo, 20 de agosto de 2006
Mis 28
(con Johanna)
Despúes de una larga noche hoy estoy algo cansada. Cansada pero alegre por tan linda semana. Anoche estuve celebrando mi cumpleaño entre amigos y conocidos. Gracias a mi amiga Johanna, quien nos prestó su casa, tuvimos una linda fiesta.
Quiero agradecer y desde aqui enviar un abrazo a todas aquellas personas que de una forma u otra estuvieron presentes en mi día y me regalaron tanta alegría. Gracias por sus mensajes, sus llamadas, sus emails. También gracias a Joel, quien me regaló un lindo post en su blog.
El miercoles mientras estaba de visita en casa de unos amigos nos dieron las doce de la noche y me sorprendieron con una tarta helada y me cantaron feliz cumpleaños mientras en el teléfono mi hermano y luego Gregorio me felicitaban. El jueves quise pasar el día tranquila, sola, haciendo aquellas cosas que me gustan. No fui a trabajar y con mi cámara me fui a la cuidad a caminar. Nunca había estado en Bryant Park al medio día y me encontré con un parque lleno de gente vestida de manera formal, al parecer todos estaban en su hora de almuerzo. Me encanta estar rodeada de tanta gente distinta en el parque; no sé porqué pero son de esas pequeñas cosas de esta cuidad que me hacen sonreír. Después de tanto caminar decidí ir a casa donde luego me encontré con una docena de rosas que me regaló un amigo. Más tarde esa noche me llamó Ro y los chic@s de Tinta Fresca. También me cantaron cumpleaño feliz y sentí mis ojos humedecerse de tanta alegría. Cuando al día siguiente le dije a Amala que me habían llamado varios amigos de Santiago ella me dijo, “la verdad no sé que haces aqui Joanne”. No supe qué contestarle pero ciertamente en Santiago dejé tanta gente que quiero y que son de gran importancia en mi vida.
Anoche compartí con mis viejos amigos del bachillerato lo cual siempre me hace feliz. Algunos de ellos los conozco desde que tengo once o doce años y luego de convivir por tantos años en una escuela de Santiago, nos volvemos a encontrar en Nueva York.
Me siento muy afortunada en estos días. A veces olvido las cosas hermosas que tengo, como la amistad que me une a gente que me quiere. Por mis amigos cumplí mis 28 con muchísima alegría y sumamente agradecida a la vida por darme un año más de vida. Sólo espero que por el resto de mis días pueda contar con mi gente, tenerlos cerca, seguir sonriendo con ellos.
Gracias del alma. Todo mi amor y cariño para ustedes, mis amigos.
(Cantando "Cumpleaño Feliz...")Quiero agradecer y desde aqui enviar un abrazo a todas aquellas personas que de una forma u otra estuvieron presentes en mi día y me regalaron tanta alegría. Gracias por sus mensajes, sus llamadas, sus emails. También gracias a Joel, quien me regaló un lindo post en su blog.
El miercoles mientras estaba de visita en casa de unos amigos nos dieron las doce de la noche y me sorprendieron con una tarta helada y me cantaron feliz cumpleaños mientras en el teléfono mi hermano y luego Gregorio me felicitaban. El jueves quise pasar el día tranquila, sola, haciendo aquellas cosas que me gustan. No fui a trabajar y con mi cámara me fui a la cuidad a caminar. Nunca había estado en Bryant Park al medio día y me encontré con un parque lleno de gente vestida de manera formal, al parecer todos estaban en su hora de almuerzo. Me encanta estar rodeada de tanta gente distinta en el parque; no sé porqué pero son de esas pequeñas cosas de esta cuidad que me hacen sonreír. Después de tanto caminar decidí ir a casa donde luego me encontré con una docena de rosas que me regaló un amigo. Más tarde esa noche me llamó Ro y los chic@s de Tinta Fresca. También me cantaron cumpleaño feliz y sentí mis ojos humedecerse de tanta alegría. Cuando al día siguiente le dije a Amala que me habían llamado varios amigos de Santiago ella me dijo, “la verdad no sé que haces aqui Joanne”. No supe qué contestarle pero ciertamente en Santiago dejé tanta gente que quiero y que son de gran importancia en mi vida.
Anoche compartí con mis viejos amigos del bachillerato lo cual siempre me hace feliz. Algunos de ellos los conozco desde que tengo once o doce años y luego de convivir por tantos años en una escuela de Santiago, nos volvemos a encontrar en Nueva York.
Me siento muy afortunada en estos días. A veces olvido las cosas hermosas que tengo, como la amistad que me une a gente que me quiere. Por mis amigos cumplí mis 28 con muchísima alegría y sumamente agradecida a la vida por darme un año más de vida. Sólo espero que por el resto de mis días pueda contar con mi gente, tenerlos cerca, seguir sonriendo con ellos.
Gracias del alma. Todo mi amor y cariño para ustedes, mis amigos.
(Amigas del colegio)
(Bailando)
Sección:
Vida
miércoles, 16 de agosto de 2006
Agosto en Nueva York
Es agosto en Nueva York.
Se siente en la sal que recorre la piel,
en la humedad de las calles,
en el aire estancado del subterráneo,
sauna que pudre los poros y consume el aliento.
Se siente en el vagón
repleto de cuerpos exhaustos e inmóviles,
en el zumbido del abanico,
en la risa de los niños bajo las pompas,
en la marcha de los flip flops
sobre el pavimento.
Se percibe en el desfile de perros
por la fuente de Washington Square
junto al vagabundo, el músico y el poeta;
en los vientres desnudos pordoquier
y el olor a marijuana entremezclado con las flores.
Se siente en la sal que recorre la piel,
en la humedad de las calles,
en el aire estancado del subterráneo,
sauna que pudre los poros y consume el aliento.
Se siente en el vagón
repleto de cuerpos exhaustos e inmóviles,
en el zumbido del abanico,
en la risa de los niños bajo las pompas,
en la marcha de los flip flops
sobre el pavimento.
Se percibe en el desfile de perros
por la fuente de Washington Square
junto al vagabundo, el músico y el poeta;
en los vientres desnudos pordoquier
y el olor a marijuana entremezclado con las flores.
Sección:
Poesía
Nuevo juguete, nuevas fotos
En estos días estoy contenta. Al fin tengo mi cámara nueva! La tenía en la vista desde el año pasado y tomé la excusa de mi cumpleaños para hacerme un regalo. Si, mañana estoy de cumple. Normalmente estoy triste el día antes pero este año es distinto, no sé si será la emoción de mi nuevo juguete o el día de hoy que está soleado y hermoso. Sea lo que sea, estoy contenta.
Anoche y esta mañana estuve tomándole fotos a diferentes objetos que tengo en casa. Aqui algunos de ellos:
Más fotos en: http://www.flickr.com/photos/barcarola/sets/72157594239318230/
Anoche y esta mañana estuve tomándole fotos a diferentes objetos que tengo en casa. Aqui algunos de ellos:
Sección:
Fotografía
sábado, 12 de agosto de 2006
Tranquilidad
Había descuidado de mi gardenia esta semana. Hoy la noté triste y le heché tierra fresca, agua, comida. Me siento mejor ahora. El cuidar de una simple planta me da tranquilidad, es como cuidar de un niño, un ser indefenso que necesita mi atención y cariño. Este año ella no me regaló gardenias pero tengo la esperanza de que para el próximo verano ella se habrá acostumbrado a su hogar y me sorprenderá con nuevas flores.
Hoy, un hermoso sábado de agosto, quiero quedarme en casa, hacer las cosas que me gustan, descansar y no pensar en aquellas cosas que me agobian y entristecen. Escucharé música, trataré de leer y veré un video de Pink Floyd que compré hace una semana. Quien sabe, tal
vez en mi tranquilidad surgan nuevos versos.
vez en mi tranquilidad surgan nuevos versos.
Sección:
Vida
3:49am
3:49am. No puedo dormir; o mejor dicho, no pude seguir dormiendo. Anoche llegué del trabajo y me tiré sobre la cama. No desperté hasta ahora. Antes de anoche me pasó algo parecido, me acosté con la intención de cerrar los ojos un rato, descansar, para luego levantarme. Dormí hasta el día siguiente. Normalmente no duermo mucho pero en estos días mi cuerpo y mi mente me lo han pedido.
Dormir es una forma de escapar por unas horas; navegar hacia el vacío, donde la mente no piensa y el corazón no siente; o bien escapar a otro mundo donde nada es imposible y puedes recrear el mundo a tu antojo.
Ahora debo marcharme, hay unicornios, nubes y estrellas en espera.
Dormir es una forma de escapar por unas horas; navegar hacia el vacío, donde la mente no piensa y el corazón no siente; o bien escapar a otro mundo donde nada es imposible y puedes recrear el mundo a tu antojo.
Ahora debo marcharme, hay unicornios, nubes y estrellas en espera.
Sección:
Reflexiones
jueves, 10 de agosto de 2006
Match Point
"The man who said 'I'd rather be lucky than good' saw deeply into life. People are afraid to face how great a part of life is dependent on luck. It's scary to think so much is out of one's control. There are moments in a match when the ball hits the top of the net and for a split second it can either go forward or fall back. With a little luck it goes forward and you win. Or maybe it doesn't and you lose". Match Point
Luego de ver a “Match Point”, película dirigida por Woody Allen, no puedo evitar pensar en la suerte, cuestionar qué tan importante es el papel que juega en nuestras vidas. Tendría que coincidir con Chris (Jonathan Rhys Meyers), el protagista de la película que se ve envuelto en un apasionado romance con Nola (Scarlett Johansson), en que hay tanto de nuestras vidas que está fuera de nuestro control, situaciones que se le presentan a uno sin uno esperarlas; unos minutos tarde, unos minutos más temprano, una simple observación, un encuentro casual, devolverse a buscar algo que se olvidó, decidirse por comida italiana en vez de china, ir al supermercado un viernes como cualquier otro, recoger una revista en una librería; todas estas cosas tan comunes y triviales pueden cambiar nuestro destino en cuestión de segundos, sólo hay que estar en el tiempo y lugar indicado para encontrarnos en ese momento que determinaría los acontecimientos a seguir, sean buenos o malos, momentáneos o permanentes. Todo es cuestión de suerte. Las cosas pueden o no darse a nuestro favor y muchas veces no podemos controlar el destino de ello; de esto se trata en parte la película Match Point. El simple hecho de lanzar un anillo al mar cambia la suerte de Chris (cuya obsesión con Nola lo lleva a un gran dilema), siendo importante no el lanzamiento del anillo sino dónde cae. El azar se hará cargo de lo que suceda después.
En mi caso, no sé qué tanto ha sucedido por suerte o decisión mía. No puedo hecharle toda la culpa a la suerte y decir que por su causa me ha ido bien o mal en la vida. Muchas de mis decisiones no han sido tomadas inteligentemente mientras que con otras he sido más afortunada. Pero, ahora que lo pienso, ¿acaso no será cobardía creer en la suerte en vez de enfrentar el hecho de que uno mismo teje su destino y toma decisiones cuyas consecuencias dependerán exclusivamente de ello? ¿Y qué del karma, existirá? Llevo días pensando en todo esto y no llego a una conclusión. Quería ilustrar toda esta teoría de la suerte con ejemplos propios pero cada vez que pienso en alguna casualidad, alguna situación inesperada surgida supuestamente por el azar, termino enlazándola con alguna decisión o acción que haya tomado. ¿Será la suerte una excusa de cobardes, teoría de ilusos?
Sea lo que sea, crean lo que crean, les recomiendo Match Point.
Luego de ver a “Match Point”, película dirigida por Woody Allen, no puedo evitar pensar en la suerte, cuestionar qué tan importante es el papel que juega en nuestras vidas. Tendría que coincidir con Chris (Jonathan Rhys Meyers), el protagista de la película que se ve envuelto en un apasionado romance con Nola (Scarlett Johansson), en que hay tanto de nuestras vidas que está fuera de nuestro control, situaciones que se le presentan a uno sin uno esperarlas; unos minutos tarde, unos minutos más temprano, una simple observación, un encuentro casual, devolverse a buscar algo que se olvidó, decidirse por comida italiana en vez de china, ir al supermercado un viernes como cualquier otro, recoger una revista en una librería; todas estas cosas tan comunes y triviales pueden cambiar nuestro destino en cuestión de segundos, sólo hay que estar en el tiempo y lugar indicado para encontrarnos en ese momento que determinaría los acontecimientos a seguir, sean buenos o malos, momentáneos o permanentes. Todo es cuestión de suerte. Las cosas pueden o no darse a nuestro favor y muchas veces no podemos controlar el destino de ello; de esto se trata en parte la película Match Point. El simple hecho de lanzar un anillo al mar cambia la suerte de Chris (cuya obsesión con Nola lo lleva a un gran dilema), siendo importante no el lanzamiento del anillo sino dónde cae. El azar se hará cargo de lo que suceda después.
En mi caso, no sé qué tanto ha sucedido por suerte o decisión mía. No puedo hecharle toda la culpa a la suerte y decir que por su causa me ha ido bien o mal en la vida. Muchas de mis decisiones no han sido tomadas inteligentemente mientras que con otras he sido más afortunada. Pero, ahora que lo pienso, ¿acaso no será cobardía creer en la suerte en vez de enfrentar el hecho de que uno mismo teje su destino y toma decisiones cuyas consecuencias dependerán exclusivamente de ello? ¿Y qué del karma, existirá? Llevo días pensando en todo esto y no llego a una conclusión. Quería ilustrar toda esta teoría de la suerte con ejemplos propios pero cada vez que pienso en alguna casualidad, alguna situación inesperada surgida supuestamente por el azar, termino enlazándola con alguna decisión o acción que haya tomado. ¿Será la suerte una excusa de cobardes, teoría de ilusos?
Sea lo que sea, crean lo que crean, les recomiendo Match Point.
Sección:
Cine,
Reflexiones
viernes, 4 de agosto de 2006
Cobarde, a fin de cuentas
No le temo a la lluvia, a los días grises en que Nueva York me parece un monstruo, un mar de hierro y cemento que me traga y escupe a su antojo. No le temo a las largas horas en el metro entre desconocidos, gente de todas partes del mundo que te observan y saludan tu soledad con la misma tranquilidad en que ellos aceptan la suya.
No le temo a la crudeza de esta cuidad que te obliga a convivir entre la muchedumbre sin decir una palabra, salvo los “I’m sorry” cada vez que alguien te pisa, te empuja, te roza, te confunde con otra persona o simplemente, en su temor a saludarte, te repite lo mismo.
No le temo caminar a mi casa a medianoche, desconfiar del más mínimo sonido o sombra. No le temo al señor que todas las noches duerme en la entrada de la estación del metro con su maleta y zapatos rotos, el que hasta hace poco pensé que era mudo. No le temo a los fantasmas de mi apartamento como tampoco al silencio que lo habita todas las noches, todos los días...
Y resulta que he aprendido a convivir con la frialdad de esta cuidad, a aceptar la calidez que de vez en cuando te brinda la sonrisa de un extraño; los insoportables turistas en Times Square; la excentricidad de muchos en el Village; lo frívolo y plástico de otros en Midtown. Me he acomodado al cambiante clima, a su extremismo, a esperar la primavera con las mismas ansias en que un niño espera la navidad.
He aprendido que el temor es enemigo de la subsistencia y que la rutina puede ser un gran amigo si se sabe manipular.
Sin embargo, no he aprendido a moverme a compás del tiempo, a seguirle los pasos sin quedar atrás, faltándome el aire y casi corriendo para no perderlo de vista. Y es que aqui el tiempo no se detiene ni se apiada de nadie, te pasa por encima como un rodillo sin disculpas, penas o verguenzas.
Tiempo. Ahí radica mi miedo; en un mañana donde aún me encuentre sentada en Bryant Park, finjiendo como muchos que prefiero estar sola, esperando el ocaso con la misma esperanza de antaño, anhelando un mañana que hace mucho me pasó de largo.
No le temo a la crudeza de esta cuidad que te obliga a convivir entre la muchedumbre sin decir una palabra, salvo los “I’m sorry” cada vez que alguien te pisa, te empuja, te roza, te confunde con otra persona o simplemente, en su temor a saludarte, te repite lo mismo.
No le temo caminar a mi casa a medianoche, desconfiar del más mínimo sonido o sombra. No le temo al señor que todas las noches duerme en la entrada de la estación del metro con su maleta y zapatos rotos, el que hasta hace poco pensé que era mudo. No le temo a los fantasmas de mi apartamento como tampoco al silencio que lo habita todas las noches, todos los días...
Y resulta que he aprendido a convivir con la frialdad de esta cuidad, a aceptar la calidez que de vez en cuando te brinda la sonrisa de un extraño; los insoportables turistas en Times Square; la excentricidad de muchos en el Village; lo frívolo y plástico de otros en Midtown. Me he acomodado al cambiante clima, a su extremismo, a esperar la primavera con las mismas ansias en que un niño espera la navidad.
He aprendido que el temor es enemigo de la subsistencia y que la rutina puede ser un gran amigo si se sabe manipular.
Sin embargo, no he aprendido a moverme a compás del tiempo, a seguirle los pasos sin quedar atrás, faltándome el aire y casi corriendo para no perderlo de vista. Y es que aqui el tiempo no se detiene ni se apiada de nadie, te pasa por encima como un rodillo sin disculpas, penas o verguenzas.
Tiempo. Ahí radica mi miedo; en un mañana donde aún me encuentre sentada en Bryant Park, finjiendo como muchos que prefiero estar sola, esperando el ocaso con la misma esperanza de antaño, anhelando un mañana que hace mucho me pasó de largo.
Sección:
Prosa,
Reflexiones
jueves, 3 de agosto de 2006
Baile y patines en Central Park
Hacía calor pero aún asi no quería permanecer en casa. Tenía deseos de sentarme en un banco y observar a la gente, escapar del aire acondicionado y respirar aire fresco. No me agradaba la idea de caminar al tren en pleno sol a las tres de la tarde para luego sentirme morir dentro del subterráneo axficiante pero eso me pasa por mudarme tan lejos. Central Park estaba hermoso, como siempre. Le tomé fotos a unas flores amarillas que estaban en los alrededores del gran estanque en la entrada en la 59, de dos tortugas que nunca había visto en el parque, de los juegos que cubren lo que en invierno es una pista de hielo y caminé; caminé buscando descubrir algún nuevo rincón de la parte sur del parque. Recordé las gondolas y fui por ellas. En el camino escuché musica y enseguida supuse que seríán los bailadores en patines que un domingo de abril encontré en otra de mis caminatas. Ciertamente, eran ellos. Adelanté el paso para llegar más rápido hacia ellos y sonreir con sus movimientos, por la vestimenta extraña de algunos y para disfrutar de la alegría en sus rostros y sentir a Nueva York; y es que ahi, en ese grupo de personas en el centro del parque es cuando siento más a la cuidad; cosas asi son las que para mí definen lo que llaman La Gran Manzana. Me detuve por largo tiempo a observarlos y escuchar la música con gran deseo de bailar pero lamentablemente el baile es sólo para aquellos con ruedas. Lo hermoso de esto es ver a tanta gente diferente (diferente en todos lo sentidos) bailar la misma música con la misma alegría e intercambiar parejas, reirse uno del otro, tomarse de la mano y saltar al ritmo de hip-hop, house, pop y soul (entre otras) sin importarles nada salvo la música.
Para más información sobre esta asociación pueden visitar su página oficial (www.cpdsa.org) o visitar el blog de Marius (cpdsa.blogspot.com) donde encontrarán fotos y videos del evento. Claro, nada mejor que ir personalmente al parque y disfrutar de un domingo con ellos. Simplemente sigan la música...
Más de mis fotos en: http://www.flickr.com/photos/barcarola/; y otras fotos del Central Park Dance Skaters Association en http://www.flickr.com/groups/cpdsa/.
Para más información sobre esta asociación pueden visitar su página oficial (www.cpdsa.org) o visitar el blog de Marius (cpdsa.blogspot.com) donde encontrarán fotos y videos del evento. Claro, nada mejor que ir personalmente al parque y disfrutar de un domingo con ellos. Simplemente sigan la música...
Más de mis fotos en: http://www.flickr.com/photos/barcarola/; y otras fotos del Central Park Dance Skaters Association en http://www.flickr.com/groups/cpdsa/.
Sección:
Fotografía
martes, 1 de agosto de 2006
Antología sorpresa
Estando en República Dominicana me encontré con la agradable sorpresa de que algunos poemas míos habían sido publicados (hace dos años) en una antología titulada "Safo: Las más recientes poetas dominicanas". Me emocioné muchísimo y a la vez estaba muy intrigada ya que nunca supe cuáles poemas habían escogidos para el libro. Recordaba un email que recibí solicitando mi autorización y un breve dosier. Encantada le dije que sí y esperé alguna respuesta diciendo si lo habían publicado o no. Nunca supe el destino de la antología y supuse que mis poemas no le agradaron a quien estaba encargado del proyecto y por ende, me olvidé completamente de él. Dos años después, por casualidad me entero de la existencia de la antología y aunque estoy sumamente agradecida de que me tomaran en cuenta, me hubiese gustado que incluyeran otros poemas que considero mejores porque los que están en la antología, para ser sincera, yo misma no lo consideraba buenos; son pequeños versos que uno escribe pero que jamás se atrevería a presentar para algún proyecto porque uno está consiente de su poca calidad. Tambíen les advierto que hay un error en cuanto a mi puesto que aunque me considero orgullosamente santiaguera, no nací en Santiago sino en Brooklyn, NY. Lamentablemente no incluyeron una biografía (no sé si se la envié muy tarde o simplemente se le escapó) pero eso es lo de menos; lo importante es que le agradaron mis poemas y para mi es un placer que me consideren poeta cuando siento que aún me falta mucho para ese título. Aqui les dejo con los tres poemas que me gustan de los que se encuentran en la antología:
Desidia
Tendiste al sol la memoria
y de ella comieron los pajaros.
Silencio Asesino
Tu silencio
es el arma asesino de mis días
causal del hueco infinito
donde sucumben mis quimeras.
Hiere este vacío
Hiere este vacío,
este espacio desolado, lleno de ausencia,
de sonrisas perdidas en ecos distantes.
Hiere la radio, la música que susurra tu nombre,
llama con su melodía mis caderas
deseosas de volar entre tus brazos.
Hiere el silencio,
las palabras en espera de diálogo.
Hieren las sabanas vacías,
la inmensidad de un lecho olvidado por el amor,
la insaciable sed de ti.
Mis manos te buscan,
y el frío de la almohada las quiebran,
las llenan de ansias.
Hiere el pensar,
el contar vanamente margaritas
a fin de olvidar por un instante la angustia,
caer quizás en profundo sopor
y soñar en un huerto colmado de tu esencia.
Hiere el desvelo, el ensimismamiento,
la interminable espera del alba.
Hiere la alborada,
el claro ázul cuando está el alma gris,
con anhelos de brumas y tormentas.
Hiere la soledad de mi sombra sobre el pavimento,
las voces y ruidos ensordecedores de la cuidad,
mientras la soledad se abre paso en mi pecho,
y suprime de a poco mi sentir
al gritar tu nombre entre sangre y sollozos.
Desidia
Tendiste al sol la memoria
y de ella comieron los pajaros.
Silencio Asesino
Tu silencio
es el arma asesino de mis días
causal del hueco infinito
donde sucumben mis quimeras.
Hiere este vacío
Hiere este vacío,
este espacio desolado, lleno de ausencia,
de sonrisas perdidas en ecos distantes.
Hiere la radio, la música que susurra tu nombre,
llama con su melodía mis caderas
deseosas de volar entre tus brazos.
Hiere el silencio,
las palabras en espera de diálogo.
Hieren las sabanas vacías,
la inmensidad de un lecho olvidado por el amor,
la insaciable sed de ti.
Mis manos te buscan,
y el frío de la almohada las quiebran,
las llenan de ansias.
Hiere el pensar,
el contar vanamente margaritas
a fin de olvidar por un instante la angustia,
caer quizás en profundo sopor
y soñar en un huerto colmado de tu esencia.
Hiere el desvelo, el ensimismamiento,
la interminable espera del alba.
Hiere la alborada,
el claro ázul cuando está el alma gris,
con anhelos de brumas y tormentas.
Hiere la soledad de mi sombra sobre el pavimento,
las voces y ruidos ensordecedores de la cuidad,
mientras la soledad se abre paso en mi pecho,
y suprime de a poco mi sentir
al gritar tu nombre entre sangre y sollozos.
Sección:
Poesía
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