miércoles, 28 de diciembre de 2005
Ilusa
lunes, 26 de diciembre de 2005
Mi semana, noche buena y vecinos
Entre otras cosas, en estos días me ha dado por ir a dormir tarde, eso de las dos o tres de la mañana y al día siguente estoy que no puedo mantenerme despierta. Es por esto que cuando el jueves fui a ver a Peter Pan en el teatro del Madison no pude evitar rendirme ante el sueño por parte del show. ¡Que verguenza! Pero bueno, no me perdí de mucho ya que eso era más bien para niños y por alguna razón que no comprendo nunca he sido muy fanática de la historia de Peter Pan. Pero mis amigos comprendieron y no le molestó el tener que toparme dos o tres veces para me despertara.
El sábado, día de noche buena, fui a cenar a casa de la familia Guzmán, quienes eran nuestros en Santiago y a quien conozco desde que tengo doce años. Nos consideramos familia. El tener vecinos en mi país es una bendición, nada parecido al tipo de convivencia o relación que se tiene con los vecinos en Nueva York. Aqui veo a mis vecinos de vez en cuando, cuando me topo con ellos en el ascensor o entrando a mi apartamento; no sé cómo se llaman y rara vez hablamos, un simple hola, buenas noches, qué lindo esta el día, etc. En Santiago nos pasábamos platos de comida; si alguien estaba enfermo nos haciamos té o compartiamos medicina; celebrábamos cumpleaños y demás festividades; nos hablamos por las ventanas o el balcón; nos llamábamos o hacíamos preguntas através de la verja; compartíamos una mata de mango; el que iba a salir le ofrecia una bola al otro; en fin, eramos una familia y todo lo compartiamos.
Las niñas iban al mismo colegio que mis hermanos y yo y por lo tanto nos ibamos juntos. Como siempre, yo estaba tarde todos los días y salía con los zapatos o el café en la mano o terminaba de peinarme en el carro. De eso estuvimos riéndonos el sábado cuando comenzamos a recordar aquellos tiempos. Recordamos esos días en que yo, aficionada de Juan Gabriel y sus mariachis, cantaba sus canciones todos los días mientras me arreglaba para ir al colegio; lo hacía tan alto que los vecinos de todas las casas en los alrededores me escuchaban. En ese entonces decía que iba ser artista; es por ello que mi papá me regaló una guitarra. Yo quería ser como Juan Gabriel.
Luego fui creciendo y me fui encerrando en mi mundo. Ya los vecinos no me veían tan a menudo ni me escuchaban cantar. Me la pasaba encerrada en mi habitación escuchando a Silvio (poco a poco fui dejando a Juanga) o tratando de escribir poesía. Era un ser sumamente melácolico y triste que no contaba a nadie de mis cosas. Podía pasarme todo un día en mi habitación escuchando música y escribiendo en mi diario. Mi mamá se molestaba conmigo porque no comprendía esa necesidad de encerrarme y bajar sólo para comer.
Mis vecinos fueron comprendiendo que yo era un poco extraña y ya no se sorprendían cuando pasaban días sin verme. Aún así, el tiempo que hemos compartido nos mantiene unidos apesar de que paso mucho tiempo sin llamarlos o visitarlos. En realidad no soy una persona de llamar mucho por teléfono o hacer visitas a amigos y mucho menos mi familia. Pero el sábado todo eso quedó en el olvido y disfrutamos de nuestra compañía. No pude evitar sentir nostalgia de Santiago, de las navidades junto a mis padres y hermanos. No comprendo porque este año me hizo tanta falta. No recuerdo haberme sentido asi el año pasado o el anterior a ese.
Esta navidad sentí deseos de comer la comida de mi madre, de tomar ponche con ella y sentarnos en la galería a hacer cuentos, recordar viejos tiempos o escuchar a José José o José Luis Perales. Nuestras navidades no eran muy elaboradas pero había algo especial en ellas. Las navidades dominicanas son maravillosas. No sabría explicar qué es pero es muy distinta a la navidad en Nueva York (no puedo hablar de la navidad en otros países ya que no las conozco). En mi país se escuchan las mismas canciones navideñas cada año, esos merengues de fiesta, amigos, familias y ron que resultan imposible dejar de bailarlos. Se siente una alegría en la música y esta se transmite a gente que, apesar de tener muy poco o no contar con los recursos para comprar regalos y hacer grandes fiestas, logran disfrutar a plenitud la noche buena (el 24 de dic.). La gente está feliz y no le importa haber gastado todo lo que tenían en sus bolsillos para celebrar con su familia y amigos este día.
En las calles se siente la algarabía y las manzanas, pasas y uvas se venden en cada esquina al igual que el puerco asado. El ponche y el pan telera igual se vende mucho. El próximo año no quiero pasarme la navidad en Nueva York. Por más sencilla que sean las fiestas dominicanas y apesar de no tener la cantidad de luces y decoraciones que tiene la cuidad de Nueva York, a mi me hizo falta escuchar “Volvió Juanita” de Milly Quezada, “El pavo y el burro”, “La trulla navideña” del Conjunto Quisquella, “Salsa pa tu lechón de Johnny Ventura, “Llegó tu marido” de Los Toros Band, “Llegó navidad de la Patrulla 15, etc. Bueno, mejor no sigo, ya me está dando deseos de bailar un merengue...
En fin, apesar de no tener a mi familia cerca, no puedo quejarme de mi navidad. Al menos la pasé con mi hermano y me reí muchisimo con las locuras de Julio. Hasta me inspiré a cantar viejas baladas y bailar uno que otro merengue.
P.D.: El joven buenmozo de la foto de arriba es mi hermanito querido.
sábado, 24 de diciembre de 2005
¡Feliz Navidad!
Un abrazo fuerte para mis amigos que através de este blog me han ofrecido su apoyo, amistad y cariño. Me considero afortunada por tenerlos en mi vida: Rosa, Joel, Osvaldo, Magda, Emmanuel, Tipo Corriente, Vileissy, Luisa, Carolyn, Junior Cruz, Gustavo y Antonio Javier.
Aqui les dejo con una foto que tomé esta semana del arco en el parque Washington Square (yo trabajo a dos cuadras de él). Más fotos en: http://www.flickr.com/photos/barcarola/
martes, 20 de diciembre de 2005
El transporte de NY paralizado
domingo, 18 de diciembre de 2005
Leyenda de los dos amantes
Como tiernas babosas de la campiña
ella y él se enroscaron húmedamente
y el dejó de ser hombre, como ella niña,
para ser uno sólo completamente.
Desde todos los puntos que los juntaban
se saborearon tanto y con tal delicia,
que las horas de vida que les quedaban
decidieron pasarlas en la caricia.
A menos de un suspiro del tibio abrazo
el resto de la historia se debatía
en átomos, galaxias y otros acasos
que encontraron certeza justo aquel día.
Y se hicieron leyenda los dos amantes
enroscados eterna y húmedamente.
Nada pudo tocarlos detrás de guantes.
Sólo pueden saberlo los igualmente.
Silvio Rodriguez (De "Cita con Ángeles").
En búsqueda de un árbol de navidad
Afortunadamente la temperatura había subido treinta grados desde el día anterior (estaba a 13 grados y los vientos se sentían a menos de cero). Tienda tras tienda en busca de lucesitas blancas. Como siempre, tiendo a dejar todo para última hora y por lo tanto quedaban pocos adornos. De no ser por el optimismo de mi acompañante me hubiese rendido en ese momento y decidido a olvidar el asunto. Antes de seguir con nuestra búsqueda, decidimos visitar el gran árbol en Rockefeller Center. Nada mejor que pasar por la quinta avenida para llenarse del espiritu navideño. ¿Cómo es posible que en años anteriores no había visitado el árbol de Rockefeller o caminado por la quinta en pleno diciembre? Allí me encontré con el gigantezco copo de nieve (no estoy segura si se llama así en español) que, suspendido de cuatro edificios, cae sobre la avenida. ¡Qué belleza! Lamentablemente mi cámara estaba baja en batería y no pude tomar cuantas fotos quize; pero ya volveré para ello. Estaba asombrada con las vitrinas de... no recuerdo el nombre del edificio. Seguimos caminando y nos encontramos con otro edificio envuelto en un gran lazo rojo, otro con copos de nieve iluminados por una luz, otros con lucesitas blancas pordoquier. La verdad que las calles de Nueva York son un espectáculo en esta época.
Al llegar a Rockefeller no pude contenerme; daba brincos como una niña de cuatro años. Estaba deslumbrada por las luces, los gigantes ángeles con sus trompetas, las banderas rojas, verdes y doradas; y al final el gran árbol con sus luces de colores y estrella blanca sobre él. Debajo del árbol, la estatua de Prometeo con su fuente de color azul y frente a él, los patinadores sobre hielo. Hace mucho que no me sentía tan feliz como me sentí en ese momento frente al árbol. Es un momento que recordaré por mucho tiempo. Ahora que lo recuerdo no puedo evitar el sonreír.
Entre varios Santa Claus', músicos tocando canciones navideñas, gente tomando fotos, niños sonriendo, árboles envueltos en luces y grandes lazos rojos, llegamos a la estación de tren para al fin poder comprar el arbolito y los adornos. Horas después, terminamos de decorar el árbol (lo decoramos de morado y plateado). Estoy satisfecha de como quedó. Es mi primer árbol en los cuatro años que tengo viviendo en NY y es una de las primeras diferencias entre esta navidad y las anteriores. Apesar de que en esta navidad muchas cosas y personas estarán ausentes, al menos tengo un árbol, la compañía de nuevos amigos y la bella cuidad de Nueva York.
Mío
domingo, 11 de diciembre de 2005
Ironía de un poeta y la olvidada miseria
“Y, al volver, obsesionado por esta visión, trataba yo de analizar mi repentino dolor y me dije: Acabo de ver la imagen de un anciano hombre de letras que ha sobrevivido a su generación [...]; de un viejo poeta sin amigos, sin familia, sin hijos, degradado por su miseria y la ingratitud pública, y en la barraca en la que el mundo olvidadizo no quiere entrar”. Charles Baudelaire, "El Viejo Saltimbanqui".
Todo en ti luce oscuro, refleja tragedia y pesimismo, repulsión hacia lo humano, al amor que nunca encontraste y al que siempre escondiste en la sombra de tu lecho. Cuán fácil resulta lanzar a un hombre al abismo; es la salida más factible cuando sus palabras y su pluma parecen difusas, quizás reticentes; resulta tan simple empujarlo hacia lo más hondo del vacío, del hueco en que yace toda bazofia humana. Te dejaste llevar por el influjo del resentimiento inútil que trazó tu camino de lobreguez y vistió tu alma de mal. Mas no siempre fuiste sombra, aquellos que desterraron tu alma olvidaron que ellos, hombres al fin, fueron presos del egoísmo, de ese júbilo egocéntrico que no ve más allá de sí.
Todo un tumulto y a la vez un enorme vacío; en el festejo se ignoró al anciano que, ya inservible para quienes en antaño se sirvieron de él, se escondió tras su tristeza para contemplar a distancia la alegría que el ya desconocía. Sólo tu alma taciturna vio al hombre que, enterrado en su propia sordidez e indigencia, poco a poco moría. Su ropaje roído por el olvido y el tiempo, sus ojos detenidos en la algarabía, extático ante esa realidad que tras los años iba consumiendo su mísera vida.
Cuanta ironía trajo consigo el sol aquella tarde. Tú, que habitas en lugares umbríos, fuiste testigo del verdadero sentir del hombre y de la pobreza que lo une a ese viejo olvidado; sufriste como él, el dolor inefable del desequilibrio social. Una ineludible interrogante escapa mis labios: ¿Acaso fuiste tú ese anciano olvidado, ese ‘hombre de letras’ refugiado en la soledad, enterrado en harapos y disfraces que ocultan su verdadero ser? ¿Es posible que hayas reflejado en él tu propia vida e inevitable destino?
Siglos han pasado desde entonces y la multitud aún se detiene ante la puerta que separa su egotismo del dolor ajeno, permanece distante a tanta pobreza, a la senectud de aquellos que agotaron sus fuerzas forjando vanas esperanzas, soñando una utopía. Tú, poeta que socavó en su frustrada tristeza y rechazó todo níveo sentir, fuiste capaz de adentrarte al alma de aquel viejo saltimbanqui y descubrir, entre la fusión de sonrisas, música y una mirada perdida, la realidad perenne e inmutable de un mundo que gira sobre un eje de lamentable mentira y porquería.
7 de agosto de 2001
sábado, 10 de diciembre de 2005
Agradecimiento a Joel Regalado
Joel Regalado, al igual que yo, es dominicano y reside en Los Angéles. Aunque no he tenido el gusto de conocerlo personalmente, si he tenido el placer de hacerlo mediante su blog (Mi unicornio azul), el cual les invito a visitar y asi leer los diversos temas que aborda y la belleza con la cual expresa su sentir y pensar.
¡Ché! Revolution and Commerce
Según el anuncio de la ICP, esta exposición de fotografías, revistas y afiches examina el poder de las imágenes y su circulación: "Alberto Korda's 1960 photograph of Che Guevara is claimed to be the most widely reproduced image in the history of photography. The portrait has shed many of the details of its subject and maker in its endless reproduction on posters, T-shirts, and kitsch objects, but has remained remarkably durable as a symbol of revolution and youthful rebellion. Through a presentation of contact sheets, original magazines, posters, photographs, and more, this exhibition examines the power of the image and the history of its circulation."
Para más información sobre el Ché, sus escritos y discursos, he aqui algunos enlaces:
viernes, 9 de diciembre de 2005
Ha llegado el invierno
miércoles, 7 de diciembre de 2005
Por una canción...
Esta mañana camino al trabajo escuché lo que una vez fue nuestra canción. Casi la había olvidado. No supe si sentir tristeza, pena, alivio, nostalgia o simplemente… nada. Tuve que volver a escucharla para recordar un tiempo que poco a poco se va sumergiendo en el infinito baúl que es mi pasado. Al terminar la canción me encuentré sonriendo. Jamás pensé que el corazón curaría tan pronto, que mi furía desvanecería para dar cabida a la paz y serenidad con que vivo mis días.
lunes, 5 de diciembre de 2005
Tango con las nubes
para hacer flotar la esperanza;
para verla bailar un tango
con las nubes,
olvidar que algún dia fueron grises
y gritar hasta espantar los pájaros
que una vez
se alimentaron de ella.
11-28-05
viernes, 2 de diciembre de 2005
Cuando faltan las palabras
y todo aquello que vi nacer
muere ante mis ojos.
Y asi,
con la celeridad
en que fragué las quimeras
que me habrían de llevar hacia ti,
todo se derriba
para al final
no quedar más que mi silencio,
el vacío dejado por mi miedo y cobardía.
jueves, 1 de diciembre de 2005
Rosa Silverio a recibir su premio en Italia
Les invito a visitar su blog donde podrán leer algunos de sus poemas y conocer más de la autora: www.rosasilverio.com.