viernes, 14 de octubre de 2005

Sentir o no sentir

Son casi las diez. Esta noche he llegado a casa con una pequeña pena en el corazón. No sabria describirlo; no es tristeza tampoco nostalgia; no tengo deseos de llorar como tampoco de llamar a nadie. Esta semana he estado de muy buen humor. Mi amigo César fue a visitarme a la oficina ayer y anoche hablé con Ramsés (gran amigo del colegio) a quien no he visto en casi dos años. Ha sido una semana de reencuentros y emails cariñosos de amigos que quiero mucho y otros que aunque no conozco, sus palabras me han traido mucha alegria. En estos dias me he reido tanto que en verdad no habia tenido tiempo de pensar en otra cosa salvo el trabajo y mis clases. Sin embargo, esta noche todo ha cambiado. Sucede que me siguen persiguiendo los "demonios y fantasmas" (como los llamó una amiga en un post anterior). Reaparecen cuando creo haberlos olvidado; sólo para atormentarme con el pasado y anunciarme, a modo de burla, las cosas que sucedieron frente a mi mientras llevaba los ojos vendados. Pero ya no logro sentir rabia; ya no me molestan sus desafios ni sus risas. Aveces creo que el corazón ha levantado un muro contra ellos y a menos que se les ocurra construir algo parecido al caballo de Troya, las carcajadas de esos demonios y fantasmas dificilmente entrarán en él. Aun asi, no comprendo esta extraña sensación que llevo dentro; es como sentir algo y al mismo tiempo no sentir nada. Que extraño, no?

4 comentarios:

  1. Creo que no es extraño, son recuerdos que a vecews regresan a la mente. Pero más que demonios y fantasmas yo los llamaróa experiencias, experiencias de las que aprendemos. Cómo las tomemos es lo importante, no darles más importancia que la que debemos darle, precisamente para que no nos abarquen sin necesidad. Ya fueron, ahora no hay que permit8iirles que sigan siendo.

    Muchos saludos, y vive aqui y ahora, tienes todo para ser feliz, la experiencia te ha hecho mejor.

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  2. Hola Magda!

    Gracias por visitarme. Hace un ratito pasé por tu blog y vi que desaparecieron los comentarios. Ojalá te encuentres bien y puedas resolver tus pendientes. Ay, el tiempo, si tan solo tuviéramos más de él.

    Sabes, creo que estoy de acuerdo contigo en eso de que la experencia me ha hecho mejor (o al menos quiero creerlo); lo bueno de todo es que he aprendido algo de ella. Tendré pendiente tu consejo.

    Abrazos y que todo te salga bien con el trabajo académico, las conferencias y reuniones.

    Joanne

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  3. Joanne:

    Entiendo a la perfección lo que quieres decir pues a mí me ha pasado en múltiples ocasiones.
    Es una especie de desazón, un no sé qué y un qué sé yo, un vacío, un dejo de amargura o de tristeza....

    Yo siento como si se estuvieran abriendo los agujeros que cosió la alegría y las ocupaciones.

    No puedo darte una receta para combatir esa sensación pues yo misma no la tengo. Carezco de herramientas para enfrentarla. Lo que hago es dejarla ser. No combatir con ella y dejar que siga su curso, a sus anchas, hasta que se va. La verdad es que no estoy segura de que esto sea lo mejor.

    El otro día vi una entrevista que le hicieron a alguien famoso en la que decía que para ser feliz había tenido que aceptar sus vacíos, comprender que nunca iban a desaparecer, que siempre iban a estar ahí, y que gracias a esa aceptación de sus carencias y tristezas, había podido desarrollar una vida más a gusto y contenta. Me pareció tan interesante esa postura porque durante mucho tiempo yo lo que he hecho es ir contracorriente y sufrir más.

    Espero que ese sentimiento haya cedido y que estés mejor.

    Abrazos,
    Ro

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  4. Hola Ro,

    Me gusta eso de aceptar los vacíos, dejarlos ser y seguir adelante. Ya no quiero seguir pensando en cosas pasadas (aunque sé que lo seguiré haciendo); quiero al menos tratar de aceptar las heridas y pensar que por algún motivo habrán ocurrido. El viernes sentía ese vacío pero no me permití llorar; creo que poco a poco voy haciendo las paces con el pasado y aceptando que mi vida es lo que es. Seguiré soñando (por más que me lo quieran prohibir) y algún día estaré conforme y feliz. Mientras tanto, también seguiré abriendo las puertas a nuevos amores y amigos. No te preocupes, estoy bien; más tranquila de lo que imaginé estar después de tantas tormentas.

    Besos amiga,
    Joanne

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